Nàstic: de inexpugnables a vulnerables

Defensivamente, el Nàstic ya no es lo que era. Sea por la naturaleza del equipo, como apunta su entrenador Raül Agné, o por un bajada del nivel de los futbolistas defensivos, lo cierto es que el conjunto grana ha pasado de ser un bastión casi inexpugnable a un muro frágil y muy vulnerable.

Los datos son irrefutables. Con los tres goles encajados ante Osasuna Promesas son 20 los tantos concedidos esta temporada. Es el quinto equipo del grupo 2 de Primera RFEF con más goles en contra solo superado por Bilbao Athletic Club (23), Sabadell (21), Real Unión (21) y SD Logroñés (22).

Unas cifras preocupantes ya de por sí, pero que comparativamente con los del curso pasado aún agrava y evidencia una situación preocupante. En todo el curso pasado la portería grana fue perforada tan solo en 30 ocasiones. Para ahondar aún más en la comparativa entre un año y otro, a estas alturas de temporada la pasada campaña el Nàstic había encajado 14 goles, seis menos que en la actual.

Agné volvió a repetir en la rueda de prensa posterior al partido en Tajonar que «este equipo no es como el del año pasado (a nivel defensivo)». También los jugadores admiten que partidos similares al de Osasuna Promesas el curso pasado hubieran acabado con la portería a cero. La faena era marcar, pero en cuanto lo hacían, se atrincheraba en su campo y no había equipo capaz de abrir hueco. Quizás era un planteamiento excesivo, pero nadie duda de que el equipo se sentía muy cómodo con ese guion. Lo expuso siempre y fue su gran virtud y uno de los aspectos que le hicieron llegar hasta la final del play-off de ascenso. Nada que ver con la defensa actual. Ni ganando 0-3, como pasaba en Irún, uno está tranquilo. Le faltó poco al Real Unión para remontar el choque.

La realidad es que no ha habido grandes modificaciones en el nombre de futbolistas que componen la parcela defensiva respecto a la pasada temporada. De hecho, mantener el núcleo de ese conjunto tan sólido fue una de las prioridades del club en el mercado de verano. Se renovó a Quintanilla, Joan Oriol, Marc Trilles y Manu García, el arquero de las 21 porterías a cero. Hombres que habían sido referencia en la retaguardia. Las únicas pérdidas fueron Alabarrán y Aythami Artiles, dos jugadores señalados que pero que en su ausencia se está demostrando el importante peso que tuvieron en el grupo. Tampoco es una cuestión exclusiva de nombres. Josema, uno de los fichajes, ha dejado claro que tiene suficiente talento como para asumir el liderazgo de la zaga. En definitiva, se apostó por la continuidad para asegurar la parcela defensiva. No se imaginaba nadie que podía descomponerse tan fácilmente.

Desde el principio de temporada el equipo arrastra deficiencias defensivas. El nivel de los futbolistas no está siendo el mismo qu el año pasado. Se cometen muchos errores y se pierde la concentración en momentos puntuales que están costando caros. Tampoco el otro área, la ofensiva, ofrece un rendimiento para equilibrar.

Ni siquiera en la buena racha, el Nàstic ha conseguido frenar la sangría de goles en contra. Ante Castellón e Irún se ganó pero encajó tres goles, mientras que el tanto del Sabadell y los tres de Osasuna suben la cifra a siete goles en cuatro partidos. Una fuga que taponar cuanto antes.

El técnico Raül Agné deberá buscar soluciones para fortalecer su defensa, al tiempo que afronta las brechas que se le van abriendo en forma de sanciones. Quintanilla vio en Tajonar la quinta amarilla de la temporada y no podrá jugar ante el Barça Atlètic el domingo a las 19.00 horas en el Nou Estadi Costa Daurada. En condiciones normales su remplazo sería Marc Trilles, pero el futbolista castellonense está lesionado. Lleva un mes y medio recuperándose del esguince en el ligamento externo del tobillo izquierdo y no estará disponible tampoco frente al filial azulgrana.

No solo se ha dejado escapar una oportunidad para situarse arriba en la tabla, sino que las dos derrotas han abierto de nuevo las dudas sobre el técnico. Vuelta a empezar.