Nàstic: 'Reina es un porterazo'

El 14 de enero de 1979 el Nàstic visitaba al CP Cacereño en partido de liga de Segunda B. El resultado fue de empate a cero. Un marcador que enojó al técnico local, Asenjo, por considerarlo injusto. Su equipo gozó de hasta 14 ocasiones claras de gol. No convirtió ninguna. En todas apareció Vicente Amigó (Silla, Valencia, 1954), «el verdadero conquistador», como resaltaban las crónicas que no se cortaron a la hora de encabezar la ficha técnica con un ‘Cacereño 0-Amigó 0’. «Atajé una hasta con la cara. Salté por intuición y, con algo de suerte, el balón medio de lleno, pero evité el gol», recuerda uno de los grandes emblemas del Nàstic de finales de los 70.

Actuaciones como la de aquél día en Cáceres le valieron al arquero valenciano para acabar la temporada como el mejor portero del grupo 2 de Segunda B. Encajó 18 goles en 35 partidos, que le valieron el Zamora de la categoría de la temporada 1978-79.

Desde Amigó ningún guardameta del Gimnàstic ha conseguido repetir premio. Hasta este curso, en el que Reina tiene todos los números para lograrlo. De hecho, si no disputa ningún minuto más en temporada regular, el Zamora del grupo 3 será suyo. Ha encajado 21 goles en 34 partidos, que dejan un coeficiente de 0,62. Aunque Paco (0,75 de coeficiente), portero del Huracán Valencia jugara las dos jornadas que quedan y no encajara más goles podría superar al arquero malagueño del Nàstic. Más difícil tiene el premio de toda la categoría. Aulestia, guardameta del Cádiz, ha encajado 19 goles en 35 partidos, un coeficiente del 0,54. Debería encajar tres goles en las dos jornadas que restan para ceder el Zamora de Segunda B. O Reina mejorar su registro.

«Es un porterazo», dice Vicente Amigó sobre el arquero de Villanueva del Trabuco. Tampoco esconde su gusto por Tomeu Nadal. «Si sube el equipo no tocaría nada de la portería, está más que cubierta», dice el exfutbolista que tras su paso por el Nàstic milió en FCBarcelona, Hércules, Reus, Sabadell y Lleida.

Pero como en todo juego colectivo, la clave para conseguir los éxitos individuales depende del grupo. «Para lograr el Zamora hay que tener un equipo competitivo, que trabaje en bloque, ya sea en defensa y en ataque. Luego, como me dijo, Vicenç Dauder cuando debuté, ‘solo te pido que los balones que van fuera no los metas dentro’», relata el exportero y hoy agente de futbolistas.

De aquella temporada resalta el compañerismo, que casi 40 años después, sigue vigente en los encuentros anuales que los miembros de aquél equipo de la 1978-79 mantienen cada verano. Fue un vestuario de éxito, pues lograron el ascenso a Segunda. Juntos rememoran aquél encuentro en Zafra. «Jugué con el dedo roto. Ya había firmado por el FC Barcelona, por lo que podía haber decidido no participar. Pero éramos un bloque, no podía romperse», explica. El gol de Rafa Martínez trajo la felicidad al equipo.

El valenciano no puede ocultar hablar en primera persona del plural cuando se refiere al Nàstic. Como un ‘nastiquer’ más, e insta a la afición a animar al equipo en el play-off de ascenso, que será durísimo por los cuatro equipos que habrá, y durante los 90 minutos, porque en las eliminatoria todos los goles cuentan». Confía enormemente en el «director de orquesta», Vicente Moreno, tocayo y paisano, del que dice «sabe encarar muy bien los partidos para ganarlos». Otro punto importante, para Amigó es «la gestión del grupo. Sobre todo que los jugadores que no juegan se sientan integrados. Jaurrieta lo logró con nosotros».

36 años después un portero del Gimnàstic ganará, salvo sorpresa, el Zamora. La última vez se celebró con el ascenso a Segunda. ¿Un guiño del pasado al futuro? Amigó espero que «así sea y que este premio Zamora venga acompañado del ascenso. Lo deseo con todo mi corazón».