Corría la hora de partido en el Municipal de Tarazona cuando Dani Vidal miró al banquillo y le pidió a Unai Dufur que se preparara para ingresar al terreno de juego. Esta situación habría sido sorprendente en la primera vuelta, cuando el defensa navarro era uno de los intocables de Dani Vidal. Un central que acumuló 14 partidos consecutivos como titular al inicio de la temporada y que solo fue suplente en una ocasión en las primeras 16 jornadas.
El zaguero de Pamplona firmó una buena primera vuelta, pero se vio afectado por un rendimiento defensivo colectivo que no alcanzó la fiabilidad necesaria para un equipo con aspiraciones máximas. Aun así, Dufur fue el jugador más regular en la zaga, con permiso de Antonio Leal. Tras un primer año a la sombra de Nacho González y Pablo Trigueros, el central aprovechó sus salidas para ganarse la confianza de Dani Vidal desde el primer día de este curso.
A Dufur se le vio durante muchos partidos de la temporada con un nivel imponente. Un central concentrado, corrector, expeditivo, veloz y suelto con el balón de sus pies. Sin embargo, también tuvo actuaciones en las que se tambaleó, contagiándose de esa versión tibia y poco contundente del Nàstic en defensa.
Con todo esto, lo que apuntaba a ser su temporada de consolidación ha dado un giro inesperado en las últimas semanas. Unai Dufur sufrió un esguince acromioclavicular en el hombro derecho que lo dejó fuera de combate durante dos semanas ante Amorebieta y Celta Fortuna. Lo que parecía un breve parón terminó relegándolo al ostracismo durante un mes de competición.
El defensa navarro ha estado en el banquillo ante Osasuna Promesas, Bilbao Athletic, Ourense y Barça Atlètic, pero no ha sumado minutos. No ha sido por problemas físicos, ya que está recuperado, sino porque Dani Vidal ha optado por otras alternativas.
La prioridad de la dirección deportiva en el mercado invernal era reforzar la defensa, por eso incorporó a Borja Granero y recuperó a Gorka Pérez, quien tras una primera vuelta marcada por las lesiones, se ha repuesto por completo para volver a pelear por un puesto.
La competencia ha aumentado y, de repente, Unai Dufur se ha encontrado en un contexto totalmente distinto al de los meses anteriores. Ahora mismo, o así al menos lo dicen las estadísticas, es la quinta opción para el centro de la zaga si el resto de sus compañeros están disponibles. Antonio Leal, Gorka Pérez, Borja Granero y hasta Óscar Sanz, pivote por naturaleza, le han adelantado por la derecha. Un nuevo reto por delante porque ahora Dufur debe volver a empezar y ganarse ese rol de titular que durante tantas semanas disfrutó en la primera vuelta.
Eso sí, la pelea por el centro de la defensa está totalmente abierta. Ahora mismo no hay ni un solo defensa que pueda considerar rol indiscutible. Dani Vidal no para de variar en las últimas semanas entre los elegidos en busca de esa zaga que le de al Nàstic esa fiabilidad defensiva que tanto añora.
Un regreso de lateral
De momento, el defensa navarro regresó ante el Tarazona, aunque no lo hizo como zaguero. Dani Vidal optó por Unai Dufur para reforzar el lateral derecho en un cambio muy positivo e inteligente a nivel táctico. Quitó a Migue Leal, un carrilero ofensivo pero débil en el juego aéreo, y metió a Dufur para ganar contundencia defensiva ante un rival que sometía cada vez con más insistencia a los granas con su juego vertical y aéreo.
El cambio dio sus frutos porque Unai Dufur aportó esa mejora defensiva que se buscaba. De hecho, hasta salvó un gol cantado de Pradera bajo palos con un despeje en el que estuvo bien colocado y salvó al Nàstic de encajar un tanto en contra que hubiese supuesto el gol de la derrota.
Dufur ha vuelto a la dinámica grana y sus minutos en Tarazona fueron prometedores. Quién sabe si dio el primer paso para recuperar la importancia que tuvo durante muchas fechas en los planes de Dani Vidal. Lo que está claro es que cuantas más alternativas haya para el centro de la zaga, mejor. El Nàstic necesita mejorar en defensa.