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Trinidad Sala: "En pocos años, mediremos líneas eléctricas por impacto económico, no por capacidad"

Entrevista a la Delegada Regional Nordeste de Redeia, empresa que tiene como filial a Red Eléctrica de España (REE)

Trinidad Sala, Delegada Regional Nordeste de Redeia, durante la jornada celebrada el 28 de octubre en el Diari de Tarragona.

Trinidad Sala, Delegada Regional Nordeste de Redeia, durante la jornada celebrada el 28 de octubre en el Diari de Tarragona.Marc Bosch

Rafael Servent

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Trinidad Sala es Delegada Regional Nordeste de Redeia, empresa que tiene como filial a Red Eléctrica de España (REE), encargada de la operación y transporte de la electricidad en España. Esta semana estuvo en Tarragona, en el marco de la jornada Infraestructura elèctrica per a la descarbonització de la indústria química i per al desenvolupament econòmic de Tarragona, celebrada en la sala Victoria Climent del Diari de Tarragona.

Esta ingeniera fue una de las participantes en una mesa redonda en la que la acompañaron Marta Morera (directora general de Energía de la Generalitat de Catalunya), Maria Mas (gerente de la Associació d’Empreses Químiques de Tarragona-AEQT) y Marc Segura (presidente de la Comissió d’Energia de la Cambra de Comerç de Reus), y que giró en torno a dos grandes ideas: dotar al polo petroquímico y al tejido productivo de capacidad de conexión suficiente y estable a la red de transporte, y alinear esa potencia con los proyectos que marcarán la competitividad de la Catalunya Sud en los próximos años.

Tenemos ya el borrador de la nueva planificación eléctrica 2025-2030, pero siguen en marcha actuaciones de la anterior planificación. La más destacada en la demarcación de Tarragona, la renovación de la línea de transporte de electricidad Escatrón-Els Aubals-La Secuita. ¿Cómo avanza el proyecto?

Como sabe, [el proyecto de renovación de esta línea de transporte eléctrico] debería entrar en breve en fase de exposición pública, y responde a la planificación eléctrica 2021-2026 aprobada por el Consejo de Ministros. Esta planificación eléctrica da respuesta a unas necesidades y solicitudes propias del territorio, donde cada línea tiene una razón de ser, que puede ser transportar la energía que generan las [instalaciones de generación] renovables, contribuir a la garantía de suministro en distribución... Responde a unas necesidades del territorio, y por eso buscamos el consenso territorial.

¿Cómo?

Trabajando con los municipios y entendiendo el territorio con sus características particulares. Porque [desde Red Eléctrica de España] entendemos que no pasamos por este territorio y ya, sino que hemos de ser vecinos y convivir muchos años. Por eso contamos con un Comité de Estrategia e Impacto Integral, enfocado a la estrategia y colaboración para aportar valor al territorio, donde cada estrategia es diferente, en función de ese territorio. Encabezado por nuestra presidenta [Beatriz Corredor, presidenta de Redeia], este comité evalúa proyectos de colaboración con el territorio que aporten valor más allá de la propia línea.

¿En qué se concreta esa aportación de valor?

Trabajamos en diversas fases. En la fase de proyecto -en ingeniería y medio ambiente-, evaluamos las características generales del territorio, también las ambientales, para redactar ese documento. Después, en la propuesta de trazado, en esta fase inicial de proyecto que todavía no ha salido a información pública, tenemos muy en cuenta las características de los municipios, donde cada municipio es único.

¿Puede poner algún ejemplo más concreto?

Como le decía, estamos trabajando con cada municipio, pero por ejemplo sabemos que Masdenverge, con nueva subestación, tiene una necesidad vital de reducir el coste de extracción de agua, y Red Eléctrica colabora poniendo placas fotovoltaicas y otras medidas que ayuden a reducir ese coste. Pero hay muchos ejemplos porque, como le decía, cada municipio es único y encontrará de formas distintas el retorno que le supone tener esa instalación. Colaboramos en comunidades energéticas, en eficiencia energética, en alumbrados públicos...

¿Colaborar significa financiar?

Sí, financiamos proyectos, dependiendo del alcance de cada proyecto.

Lo que está contando evoca en parte al Fons de Transició Nuclear (FTN). Antes de su cambio de rumbo, el arranque de ese fondo no fue muy exitoso. Hubo confusiones, y se presentaron proyectos que no respondían a la razón de ser del FTN. ¿Vale todo?

Por supuesto, no vale cualquier proyecto, y para eso estamos nosotros [REE en Catalunya], en primer lugar, y después el Comité que, previo filtro, evalúa los proyectos. Cualquier proyecto en el que colaboremos ha de suponer un beneficio y un retorno hacia el conjunto de ese municipio.

¿En qué áreas?

Pueden ser proyectos de desarrollo económico del municipio, ámbitos culturales... Intentamos poner todas las facilidades a los municipios que no tienen tantos recursos para trabajar en esos proyectos, y un municipio necesitará eficiencia energética, mientras que otro necesitará acondicionar caminos. Por mi experiencia tratando con estos municipios, que en Catalunya son treinta y tres, siempre hay propuestas de valor añadido. Y no nos hemos encontrado todavía con esta situación, pero como le decía, no todo vale: si alguien nos dice «paga la fiesta mayor o el equipo de fútbol», ese proyecto no entrará. Lo esencial es que aporte valor y sea en beneficio de la comunidad.

¿Y si les proponen ayudar, por ejemplo, a que llegue electricidad a un nuevo polígono industrial?

Intentamos echar una mano siempre que podemos, pero algunas de las propuestas que recibimos no están en manos de Red Eléctrica, sino del Ministerio [para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico]. En todo caso, estoy convencida de que buscar la colaboración y la aportación de valor en beneficio de la comunidad es el camino. En pocos años, mediremos las líneas eléctricas por su impacto económico y no por su capacidad, como hacemos ahora.

¿Cómo se mide eso?

Cuando hablamos de índice de demanda estamos hablando de indicadores económicos, con unas infraestructuras lo suficientemente robustas como para relacionarlas con una oportunidad de crecimiento económico. La demanda eléctrica es un indicador de oportunidad económica.

¿La demanda que hay, por ejemplo, en el polo petroquímico de Tarragona?

La situación del polo petroquímico sucede también en [la subestación eléctrica de] Els Aubals [en la Ribera d’Ebre], y abre oportunidades a proyectos.

¿Por ejemplo, la candidatura española para albergar en Móra la Nova una de las cinco gigafactorías de Inteligencia Artificial que impulsa en Europa la Comisión Europea?

Sí, pero también para pequeña actividad que depende de tener energía: para nuevos polígonos industriales, para uso residencial... y después están los macroproyectos. Todos estos refuerzos de capacidad de transporte refuerzan también la red de distribución con muchos otros proyectos. En general, el incremento de la demanda tiene un carácter muy económico, porque detrás hay infinidad de proyectos que requieren esta energía. Detrás hay muchos más objetivos, y cada línea tiene su propia motivación.

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