El Banco de España da por perdidos 60.613 millones del rescate a la banca

El supervisor elude la autocrítica y dice que haber liquidado algunas entidades habría implicado más coste  para los contribuyentes

17 junio 2017 20:30 | Actualizado a 17 junio 2017 20:36
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Las medidas adoptadas para sanear el sistema financiero durante la crisis pueden tener una factura muy cara para las arcas del Estado. Tanto que el Banco de España estima que no se recuperarán hasta 60.613 millones de los casi 77.000 millones de ayudas destinadas a la banca desde 2008 para reestructurarla y evitar la quiebra de algunas entidades. La mayor parte de esa cuantía en riesgo de perderse corresponde a dinero público inyectado al sector a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) con 59.803 millones. Es decir, el equivalente a un 5,6% del PIB. El resto son aportaciones de la banca mediante el Fondo de Garantía de Depósitos (FDG), según consta en el ‘Informe sobre la crisis financiera y bancaria en España entre 2008-2014’ publicado ayer por el supervisor.

Con el documento el Banco de España pone de nuevo cifras a la crisis financiera, pero a diferencia de otros organismos anteriores como el Tribunal de Cuentas, en esta ocasión además de evaluar la cuantía de las ayudas realiza una estimación de lo que puede perderse. Y la conclusión es demoledora. Considera que el FROB no recuperará el 66% del dinero público aportado a las entidades bancarias. Es decir, se perderán 39.542 millones de recursos de todos los contribuyentes. La mayor parte de ese importe corresponde al rescate de Bankia. El Banco de España estima que se podrán obtener 9.734 millones con su privatización, pero da por perdidos otros 12.690 millones. Esto es más de la mitad (56%) del dinero público inyectado en la entidad.

El documento, de casi 250 páginas, también considera que no se recuperarán 11.831 millones de recursos públicos inyectados en Catalunya Banc. Ese caso es todavía más sangrante porque supone perder el 98% del dinero aportado desde el Estado. El informe estima que tampoco se recuperarán 8.551 millones destinados a Novacaixagalicia y otros 6.189 millones al Banco de Valencia. También darán pérdidas CEISS (954 millones), CajaSur (392 millones), Banco Gallego (340 millones) y BMN (192 millones).

En el caso del Fondo de Garantía de Depósitos las pérdidas se centran en la CAM (11.102 millones) Caja Castilla-La Mancha (3.782 millones) y Unnim (2.530 millones). En total este fondo perderá 21.071 millones, según las estimaciones recogidas en el informe.

Venta de Bankia

¿Y qué hay de los ingresos? Hasta finales de 2015 se habían recuperado 4.139 millones de ayudas (3.466 millones el FROB y 673 el Fondo de Garantía de Depósitos). El Banco de España considera que a esa cantidad pueden sumarse otros 12.198 millones en el futuro procedentes, en su mayoría, de distintas ventas de activos del FROB (privatizaciones). En total el organismo que dirige Luis María Linde cree se podrían recuperar 16.337 millones. 

En cualquier caso, esa cantidad podría variar en función de la evolución de los activos todavía en manos públicas. Por ejemplo, la estimación no tiene en cuenta la fusión en marcha de Bankia y BMN que debería revalorizar su posterior venta. Eso es lo que defendió ayer el ministro de Economía, Luis de Guindos. 
«Confío en que vamos a recuperar lo máximo posible y que el banco vale muchísimo dinero», sentenció. También recordó que la factura final del rescate dependerá de los inmuebles que la Sareb (el banco malo) pueda colocar.       

Pero el documento también sirvió para hacer un balance de la crisis financiera en la que el Banco de España elude la autocrítica. De hecho, achaca los problemas que derivaron en nacionalizaciones y en un rescate bancario a que los instrumentos supervisores desarrollados entonces «resultaron insuficientes», lo que evidenció las «vulnerabilidades acumuladas». 

Evitar la crisis sistemática

Ante la falta de instrumentos, el Banco de España defiende su actuación y la necesidad de inyectar dinero público en los bancos. De hecho, confiesa que el objetivo era evitar «la crisis sistémica que habría producido la quiebra de un buen número de entidades», principalmente cajas de ahorros, y que habría desatado un efecto contagio.

En este sentido, considera que la liquidación de algunas entidades habría supuesto la asunción de «gran parte de las pérdidas» por parte de los depositantes o de los contribuyentes por la falta de recursos del Fondo de Garantía de Depósitos para hacer frente a esa situación. 

 Asimismo, explica que tras el proceso de reestructuración del sector el número de cajas pasó de 45 en 2008 a 10 grupos, de los que ocho se han convertido en bancos; el número de oficinas se redujo un 32,3% al pasar de 45.662 en 2008 a 30.921 a cierre de 2015.

Por su parte, el ajuste de plantilla alcanzó el 27% al descender de los 270.855 trabajadores a los 197.825.     

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