El estudio de diseño reivindica la fotocopia

Oriol Calabuig está a punto de cumplir los treinta y ha encontrado el mejor sitio para desarrollar su pasión por el diseño: el negocio familiar

13 noviembre 2017 11:43 | Actualizado a 13 noviembre 2017 12:08
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Oriol Calabuig creció en una mesa de diseño. El negocio familiar era un despacho que ofrecía un servicio de maquetación, modesto pero digno. Cuando llegó el momento de entrar en la empresa él ya tenía claro el potencial de ‘Un cop d’ull’ y qué hacer para aprovecharlo. Lo primero, cuenta Calabuig, fue sacar el negocio de la oficina, darle un aspecto más cercano al cliente, expandiéndose hacia el sector de la copistería: «tiene mucha más salida tener un escaparate a pie de calle y que la gente pueda entrar».

Con la tienda montada e inaugurada, los clientes empezaron a crecer y a diversificarse: rotulaciones para empresas, vinilos, serigrafía de vehículos, diseño web y diseño gráfico de varias formas. Calabuig creó un estudio de diseño que hacía fotocopias.

La empresa ofrece cualquier servicio relacionado con el papel y el diseño, desde quien quiere fotocopiar el DNI para hacer un trámite en el banco, al que necesita dar una nueva imagen a su negocio con un nuevo cartel. «En un solo día podemos hacer entre 5.000 y 6.000 fotocopias para estudiantes, son un porcentaje altísimo de la gente que entra en la tienda».

«En época de exámenes podemos hacer hasta 12.000 copias diarias», cuenta Calabuig. La copistería también recibe un importante número de encargos de restaurantes: «Hay muchos cambios de carta, en verano y en invierno, se abren chiringuitos, hay cambios de rotulación...».

'Tiene mucha más salida una tienda donde la gente pueda entrar'

Aunque la empresa haya crecido, no ha perdido de vista quién es el cliente más fiel: los pequeños comercios de Reus, Castellvell, La Selva del Camp, Almoster y otros municipios cercanos. Los pequeños comercios necesitan cada vez más destacar en un mar de grandes almacenes, por eso apuestan por vender una imagen propia y llamativa a través de ‘flyers’, tarjetas o imágenes promocionales. Es entonces donde ‘Un cop d’ull’ entra en escena, con una amplia oferta de diseños y formatos, para que cada uno pueda elegir lo que le interese. 

Lo difícil es empezar
Desde el pequeño despacho a la tienda multiservicio han pasado unos siete años y, aunque ahora va viento en popa, no siempre fue fácil. «Sobre todo el primer año fue muy difícil. La gente aún no te conoce y debes hacerte un lugar», cuenta Calabuig. Poco a poco se corrió la voz de los servicios que prestaba hasta llegar a la consolidación actual, que les permite plantearse y llevar a cabo proyectos nuevos y más atrevidos.

Los padres de Calabuig, propietarios y fundadores de la empresa en sus orígenes, afrontaron el giro de su negocio con algo más de prudencia y, aunque apoyaron su ambición desde el primer momento, se mostraron más preocupados de que supusiese un paso atrás. 
La visión de Calabuig fue más atrevida: «un riesgo que tampoco nos hubiera supuesto perder el negocio, el proyecto de maquetación siempre ha estado ahí, sólo hacía falta querer ir un poco más lejos».

Y es que el diseño es la pasión del más joven de su familia, por lo que decidió tomar una decisión que, al final, fue en beneficio de todos. Sus trabajos no pasan desapercibidos, y cada vez hay más ayuntamientos que cuentan con él para los programas de fiestas mayores, conciertos y actividades. Sin ir más lejos, Oriol Calabuig ha sido el orgulloso diseñador de uno de los programas de Carnaval para el Ayuntamiento de Reus.

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