La burbuja de las prejubilaciones: 55 años y 2.100 euros por pasear

Las jubilaciones anticipadas siguen batiendo récords. En Tarragona han subido un 14% en diez años. Los críticos creen que agravan la ya dudosa sostenibilidad de las pensiones

28 junio 2017 08:10 | Actualizado a 29 junio 2017 09:05
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José se prejubiló hace ahora 13 años, a los 59, después de casi toda una vida trabajando en Tabacalera. Le quedó, en total, un sueldo de más de 2.100 euros, del que ahora disfruta: va a la playa, a la parcela, de vacaciones al pueblo, cuida a los nietos o da largos paseos por las tardes entre Torreforta, donde vive, y Bonavista. 

La salud le respeta y goza de una vejez plena en virtud de esta nueva clase social que no ha dejado de crecer en los últimos años: son los prejubilados. Otros disfrutan de ese rol desde hace aún más tiempo, incluso desde que cumplieron 55 años. 

Es una nueva clase social en un limbo jurídico pero muy activa y con poder adquisitivo

Cada vez son más quienes se jubilan antes de llegar a al edad oficial de retiro, fijada en 65 años y cinco meses para 2017. En 2016, un total de 136.941 españoles se jubilaron de forma anticipada. Casi la mitad de los nuevos pensionistas, el 44,6% de un total de 306.890, se prejubiló, según los datos de la Seguridad Social. 

Cada año, récord

Fue un registro de récord, que a su vez batió el que ya se había superado en 2014 y en 2015. ¿Perjudica eso negativamente a la sostenibilidad de un sistema de pensiones que se tambalea?. «El que se prejubila tiene una penalización que puede llegar hasta el 40%, pero si es la empresa la que asume la diferencia y ese gasto no cuelga del Estado, me parece perfecto, no tengo nada que decir. Evidentemente, es algo de grandes empresas, que se lo pueden permitir. Un pequeño empresario no podrá hacerlo», expone Raül Navarro, profesor del Departament de Dret Públic de la URV que, eso sí, ve incongruente el aumento de la jubilación anticipada y ese retraso progresivo de la edad legal de jubilación, que se prolongará hasta los 67 años.

También incide en ello Andreu Lobaco, graduado social de Tarragona y experto en pensiones: «Es absolutamente incoherente jubilar a la gente a los 55 años, cuando se está en plena forma. Todos conocemos a personas con 54 y 55 que se han jubilado».

Raul Navarro: "Si la empresa asume pagar la diferencia al pensionista, no hay nada que objetar" 

Lobaco, como otras voces, es contundente: «A veces se está usando la vía del despido. Muchas veces se cobra el paro, y es una utilización indebida del desempleo. Esos dos años de prestación están para cubrir una contingencia de la persona que se queda sin trabajo. Los prejubilados no tienen una carga directa en el sistema, pero hay que tener en cuenta que si la jubilación se anticipa, antes pasarán a cobrar la pensión, por lo tanto sí hay una carga en los primeros años». 

En el cambio de escenario también ha tenido que ver el alargamiento de la esperanza de vida. Cuanto más se vive, más pensiones se necesitan como sustento. «Hablamos de un sistema que estaba pensado para pagar unos diez años, pero eso ha cambiado ya», concreta Lobaco. 

Un mecanismo sin trauma

En los últimos diez años el número de pensionistas menores de 65 años ha crecido un 14% en la provincia, hasta los 6.727. ¿A qué se debe tal aumento? Básicamente a que la prejubilación se ha convertido en un mecanismo nada traumático para que las empresas ajusten los excedentes de plantilla, en su momento de aquellos sectores industriales en crisis. 

Ahora el sistema es utilizado por grandes empresas para reducir costes y reorganizar estructuras. El último ejemplo es el Banco Popular, recién comprado por el Santander y con prejubilaciones en marcha. «Ahora está siendo el momento de la banca, pero es algo que han usado las grandes empresas, las multinacionales, también en el sector de la industria química de Tarragona. Jubilas a la gente mayor con sueldos altos y puedes contratar a chavales jóvenes más formados, con un salario mucho más bajo, de forma que estás reduciendo tu cuenta de gastos de personal. Es una forma legal de rejuvenecer tu plantilla», cuenta Rafael Muñoz, economista del gabinete de estudios de la Cepta. 

«Aunque la empresa tenga que seguir pagando, para compensar esa penalización que sufre el trabajador, evidentemente le sale a cuenta la operación, porque le permite ahorrar, y por eso les ha convenido tanto a las empresas», aporta Raül Navarro desde la URV. 

De la EMT a Dow

Los ejemplos son diarios y cotidianos, y van desde la industria de la telefonía a las grandes fábricas o el sector público. En Tarragona, ha habido prejubilaciones recientes en la Empresa Municipal de Transports o en Dow Chemical.

La banca, las empresas de telefonía o la química de Tarragona son los sectores que más han prejubilado

En las comarcas tarraconenses uno de los incrementos más notorios se produjo entre los años 2005 y 2013. El número de pensiones de jubilación que cobraban los que tenían entre 60 y 64 años se disparó un 42%, hasta las 7.299. 

En la última década se han prejubilado o jubilado anticipadamente unos 1,2 millones de personas. Es algo más del 40% de los casi tres millones de nuevos pensionistas que hay en España desde el año 2007. Para hacerse una idea de la magnitud de estas cifras hay que tener en cuenta que en España, hasta abril, había un total, según datos del INE, de 8,6 millones de pensionistas. 

También ha tenido aquí que ver uno de los perfiles más vilipendiados por el desempleo en el marco de la crisis: los mayores de 55 años. Aquellos que perdieron su empleo durante la recesión llegan ahora a edades cercanas al retiro sin opciones para encontrar otro trabajo. 

Cuatro de cada diez nuevos pensionistas se han jubilado antes de la edad legal para hacerlo

De ahí que muchos vean en esa salida del mercado laboral –con prestación menguada– un alivio a su situación de padecimiento. Los aumentos exponenciales de los últimos años tienen lugar a pesar de que en marzo de 2013 se endurecieron las condiciones de acceso a una jubilación anticipada. Sin embargo, muchas negociaciones de despidos colectivos se aceleraron por ese temor a una legislación más restrictiva. La reforma contemplaba un periodo de transición para jubilarse con la edad antigua, y ahora la mayoría se están acogiendo a esa normativa. A buena parte de esos afectados por las regulaciones les llega ahora el momento de jubilarse, una vez se han consumido las indemnizaciones y las prestaciones por desempleo.

En conjunto, esta evolución explica que la edad real de jubilación bajara en los últimos ejercicios de 64,33 a 64,08 años. No hay que olvidar, en este contexto, que la masa de pensionistas sigue creciendo, mientras continúa en marcha el desafío de una reforma del sistema que permita la sostenibilidad de las pensiones. A la situación actual ha contribuido, en parte, la que para muchos ese una burbuja de las prejubilaciones, en tanto que añaden presión sobre la tesorería, sobre todo durante los primeros años de la pensión. 

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