Proceso de selección, el encaje perfecto con la empresa

Una de las partes más importantes a la hora de encontrar empleo es el proceso de selección, y sobre todo superarlo con éxito. En muchas ocasiones se trata del primer contacto entre el aspirante y la empresa. No se trata de tener un curriculum extenso o de ir en traje y corbata. Al final lo que pretende saber la compañía es como es la persona que tienen delante. 

El proceso de selección pueden tener dos fases: las pruebas y las entrevistas. La primera se suele hacer en una o dos jornadas y son pruebas para ver las aptitudes de los aspirantes, su comportamiento en una dinámica de grupo y de una o más entrevistas cara a cara.

Después llegan las entrevistas finales. Allí conocerán a su próximo jefe con un poco de suerte y el responsable de la selección de personal. La empresa ya se ha hecho una idea del aspirante que le interesa y busca confirmar que es el trabajador adecuado para el empleo. Dicho así parece fácil, pero hay muchos factores a tener en cuenta para conseguir el puesto de trabajo deseado. 

Actitud y capacidades

Àgata Girbes, de la empresa de selección de personal Tàndem Recursos Humans con sede en Reus, explica que «son muy importantes las competencias. Las empresas valoran más lo que sabe hacer una persona que no sus conocimientos o experiencia previos. También es importante demostrar ganas y tener actitud positiva, estar motivado».

«Lo primero que se mira de la persona es el curriculum. Es el primer impacto que la empresa recibe del aspirante. Es importante que esté actualizado. Si hay un vacío de muchos años hasta la actualidad, da la sensación de dejadez. Si no eres cuidadoso en estas cosas, seguramente también tendrás una imagen dejada. Así, que debe estar limpio y ordenado», añade Girbes que apunta: «En microsegundos nos hacemos una idea de la persona, como más fácil nos lo pongan mejor». 

Las empresas realizan un análisis detallado del puesto de trabajo que van a ofertar, para determinar cuáles son las características idóneas del trabajador

Sobre el mito de ir en traje y corbata a la entrevista de trabajo, desde Tàndem aconsejan «a no ir disfrazado. Si vas a una entrevista para trabajar en una oficina es diferente que para un puesto de camarero o trabajador de obra. Aparte, debes ser fiel a tu manera de ser, no dar una imagen engañosa de ti mismo, porque al final se acaba sabiendo».

«Lo que quiere la empresa es saber que hay de verdad en la persona y no la imagen que presenta. Que el empleo sea el idóneo para ese aspirante y viceversa. Se pide un encaje por los dos lados. Si no, la persona no será feliz y no rendirá», expone Girbes.

Finalmente, como consejo, Àgata Girbes dice que «es importante ir a la entrevista de sitios que le interesen de verdad, donde podrá desarrollar bien su trabajo y se notará que ese es su empleo indicado. Además, es importante estar relajado. Si no consigue el empleo es posible que no sea el candidato ideal, que ese puesto no sea para él», y es que el fin de la entrevista, más allá de saber sus aptitudes, es «conocer a la persona».

Los procesos de la empresa 

Cuando una empresa oferta un puesto de trabajo, hay una ardua tarea detrás con el fin de encontrar al mejor candidato para el empleo. 

Lo primero que se realiza desde la compañía es la elaboración del perfil para definir las tareas, responsabilidades, formación requerida, experiencia mínima necesarias para el puesto. Luego hay una preselección, ya sea por portales de empleo o la misma base de datos de la empresa.

La tercera fase es la selección y evaluación de los candidatos. Aquí tenemos el test de aptitudes y la entrevista personal. Antes de la decisión final se citan a los candidatos más convincentes para la entrevista final. 

También suele haber un seguimiento y contacto con el candidato seleccionado hasta su integración en la plantilla, ya sea para tratar dudas o inquietudes respecto al empleo.