Suspenden un pedido de mascarillas en Alcover a causa de las incautaciones

La confusión sobre qué debe comunicarse o qué está homologado frena la producción de 15.000 unidades en Reval Sport

20 marzo 2020 08:25 | Actualizado a 20 marzo 2020 09:02
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La empresa textil Reval Sport, de Alcover, iba a estar hoy fabricando a plena producción 15.000 mascarillas básicas para entregar el próximo miércoles. En lugar de eso, y si nada cambia en las horas inmediatas, mandará a sus trabajadores a casa y cesará su actividad.

Dedicada a la fabricación de equipamiento deportivo y escolar, esta empresa del Alt Camp recibió el pasado miércoles la consulta de una industria alimentaria que le pedía si sería capaz de adaptar su producción para la fabricación de mascarillas básicas destinadas a su personal. Con los patrones y el tejido localizados ya, el acuerdo se cerró el mismo miércoles. Ayer jueves, sin embargo, la industria alimentaria llamó a Alcover para dejar en suspenso la producción de ese lote de mascarillas, tras las informaciones de decomisos e incautaciones de material que están llevando a cabo el Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Civil, y con dudas sobre si la falta de homologación de esas mascarillas les podría acarrear algún problema.

«El cliente se ha asustado: si esto no sale, el viernes nos vamos todos a casa» (Pere Jansat, Reval Sport)

«Si esto no sale -se lamentaba ayer Pere Jansat, gerente de Reval Sport-, mañana viernes todos para casa. Es lo más probable, porque el cliente se ha asustado». La reconversión de la actividad para fabricar «mascarillas, batas o lo que haga falta» era una opción de continuidad para esta empresa que emplea a 5 personas de forma estable (entre 7 y 8 en temporada alta) y cuenta con una red de pequeños talleres de confeccionistas con entre 15 y 20 profesionales de la costura en el Camp de Tarragona y las comarcas de Lleida.

A Pere Jansat le consta que, por su cuenta, alguno de estos talleres ha empezado a fabricar batas médicas. «En Catalunya -prosigue Jansat- la materia prima está ahí, y tenemos capacidad para una producción de emergencia». 

Confusión
Pero la confusión es grande. Las iniciativas para dotar de material de protección a los profesionales que están en la primera línea de lucha contra el coronavirus se suceden, con llamadas a través de las redes para donar material, fabricar mascarillas caseras con máquinas de coser domésticas, compartir patrones... mientras por otro lado no dejan de llegar imágenes de incautaciones por parte de la Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Policía.

El stock de equipos de protección se acumula sin que Sanidad decida qué hacer con él

Fuentes del Ministerio del Interior -junto al Ministerio de Sanidad y el Ministerio de Defensa, proclamados única autoridad competente para la gestión de la crisis del Covid-19 en virtud de la declaración de Estado de Alarma- señalaron ayer que «el Real Decreto [con el estado de Alarma] establecía claramente poner en 48 horas cualquier material sanitario en conocimiento de la Autoridad Sanitaria» y que «cualquier intervención de material se lleva a cabo a criterio y requerimiento de la Autoridad Sanitaria». Es decir, del Ministerio de Sanidad, única autoridad competente hoy en la materia.

¿Significa eso que, en el supuesto de que una empresa como Reval Sport lograse terminar sus 15.000 mascarillas el próximo miércoles, podría presentarse en sus instalaciones la Guardia Civil para requisarlas? No necesariamente. Lo más probable es que podrían ser utilizadas sin problema por esa industria alimentaria, porque no estarían homologadas para uso hospitalario.

«Si la respuesta del Ministerio de Sanidad sobre qué hacer con el stock se demora, las fábricas de EPIs tendrán que cerrar» (Elena de la Campa, Pimec)

¿Sería inútil entonces haberlas fabricado? Para nada. Lo explica Elena de la Campa, directora de Relaciones Laborales de la patronal Pimec: «En sus requerimientos de información, el Ministerio de Sanidad ha puesto un listado con EPIs (Equipos de Protección Individual) muy concretos, que todo aquel que tenga debe poner a disposición. Pero todo lo que sea fuera de esto se puede comprar, vender y lo que haga falta. Solo estamos hablando de EPIs homologados». Protecciones básicas de tela con gomas no entrarían en la categoría.

Mascarillas como las que puedan fabricar empresas como Reval Sport contribuyen aquí a la lucha contra el coronavirus en tanto que liberan EPIs profesionales muy necesarios para el personal sanitario. «Esta locura de usar mascarillas EPI para cosas innecesarias no hacía falta», explica De la Campa, que añade: «Hay mucha desinformación. La manera más sencilla de saber si estás utilizando un EPI de forma innecesaria es preguntarte si antes lo necesitabas para tu actividad. Si es así, ahora lo necesitarás. Si no, no te hace falta».

¿Hace falta una mascarilla básica? Respetar la distancia de seguridad o lavarse las manos con jabón con frecuencia es mucho más efectivo para evitar contagiarse, aunque el uso de una de estas mascarillas es una buena medida para prevenir que alguien asintomático contagie a otras personas.

Usar una de estas mascarillas no previene que nos contagiemos, pero sí ayuda a no contagiar a otros. Usarlas masivamente en una línea de producción industrial es una ayuda, pero en su justa medida: «Una sensación de falsa seguridad por el uso de estas mascarillas puede llegar a ser contraproducente», alerta De la Campa.

Parálisis
Sin embargo, la manera en la que se ha hecho el acopio de material por parte del Ministerio de Sanidad, con requerimientos, incautaciones e inmovilizaciones (fuentes de la comunidad empresarial china de Barcelona aseguran que hay contenedores enteros con mascarillas, guantes y otros equipamientos de protección retenidos en el Port de Barcelona, a la espera de instrucciones de la única autoridad competente) ha provocado una parálisis en la cadena de suministro que empieza a tener consecuencias graves.

Desde organizaciones como Pimec instan al Ministerio de Sanidad a que decida de una vez cuánto del material comunicado y bloqueado va a recoger y distribuir, a fin de que el resto pueda empezar a circular por otros canales. «De momento -cuenta De la Campa-, los fabricantes de EPIs siguen a plena producción, almacenando sus productos a la espera de que el Ministerio de Sanidad les diga qué han de hacer con ellos, pero si la respuesta se demora, empezará a haber problemas, porque una empresa no puede asumir tanto stock y tendrán que cerrar».

Salut exige el desbloqueo de equipos

La consellera de Salut de la Generalitat de Catalunya, Alba Vergés, mantuvo ayer su acusación al gobierno español de parar pedidos de mascarillas y material de equipos de protección (EPI) destinados a Catalunya, y avisó: «No se pueden parar pedidos que teníamos hechos».

Alba Vergés aseguró que este material se tiene que comprar desde todas las instancias, tanto desde Catalunya como desde el Estado, y reiteró: «No se pueden parar pedidos que teníamos hechos y que nuestros centros sanitarios tenían hechos, que estaban pendientes de llegar».

«Nos están llegando muchas informaciones de empresas y de centros sanitarios. Por eso no entenderíamos, lo comenté ayer y lo mantengo, que se pudieran parar pedidos que estaban pendientes de recibir en nuestros centros sanitarios», agregó Vergés. La consellera dijo que la prioridad son los profesionales y tener todo el material para que puedan trabajar en los centros sanitarios «como toca» ante la crisis sanitaria del coronavirus..

«Si recibimos pedidos que estaban hechos desde compra centralizada, estupendo. No puede ser de otra manera. Pero tampoco se pueden parar pedidos. Así lo corroboramos con nuestras informaciones», advirtió.

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