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Tenemos hasta cuatro generaciones trabajando a la vez en nuestras empresas

07 febrero 2022 12:12 | Actualizado a 07 febrero 2022 12:26
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Han pasado más de 2000 años desde que Horacio acuñó esta máxima, la cual ha dado lugar a múltiples interpretaciones. Pero hoy, quiero quedarme con su traducción más literal: «Atrévete a saber». 

Se trata de un mantra que, te aseguro, resulta válido para cualquier contexto de nuestra vida. Y a través de él, me gustaría lanzar un doble mensaje.

Para comenzar, tengo algo que preguntarte: ¿eres o has sido en algún momento de tu vida trabajador? ¿Quizá estudiante? ¿O deportista?

Imagino que has respondido ‘sí’ al menos a una de estas preguntas. Y allá va la última: ¿cuántas veces te has preguntado cómo lo estabas haciendo?

No, no es ninguna trampa. Me refiero a algo tan simple como ver más allá de tu nómina mensual, las notas que sacas en tus exámenes o los resultados de cada partido o competición en los que participas. 

Todo profesional necesita algo más que eso: en algunos casos saber qué aporta a su/s equipo/s, en otros conocer su desarrollo y mejora de competencias, quizá recibir el calor y reconocimiento social de líderes y compañeros o ser capaz de generar impacto en la sociedad.

Ya en el año 1959, el psicólogo Fredrick Herzberg (referente en la gestión administrativa de empresas) propuso la Teoría de los dos factores, los cuales son: la motivación y la higiene. 

Los factores de motivación son, por ejemplo: el reconocimiento, el crecimiento profesional o la responsabilidad; mientras que por los de higiene nos referimos a: el sueldo, las condiciones laborales o la seguridad y supervisión. 

Fíjate qué curioso: mientras que los factores de motivación únicamente fomentan la satisfacción, una gestión indebida de los de higiene solo conlleva insatisfacción.

Quiero remarcar que en ningún momento estoy infravalorando el impacto que generan los sueldos, las notas o los resultados deportivos; simplemente, intento no ensalzarlos tanto como lo hacen la mayoría de líderes.

Al fin y al cabo son simplemente incentivos basados en recompensas extrínsecas; y lo extrínseco, por norma general, resulta efímero y ‘estéril’ si buscamos compromisos a largo plazo.

Y por si no es suficiente reto lograr reconocer y recompensar a nuestros equipos en el momento adecuado y de forma continua… ¡Resulta que tenemos hasta 4 generaciones trabajando a la vez en nuestras empresas! Hablamos de diferencias de edad notables, circunstancias históricas totalmente diferentes y rasgos muy dispares. Y como imaginabas, a ninguna de ellas les motiva lo mismo.

Los baby boomers (entre 55 y 75 años) valoran la seguridad y estabilidad, el famoso ‘trabajo de toda una vida’; por otro lado, la generación X (entre 40 y 55 años) está más habituada al trabajo en equipo, le importa mucho el desarrollo profesional y la satisfacción personal; cuando entramos en la generación Y o millennials (entre 25 y 40 años), ya hablamos de moverse por un trabajo que les haga felices (sin miedo al cambio) y, finalmente, la generación Z (menos de 25 años) tiene muy en cuenta las relaciones sociales, la autonomía e independencia.

Nadie dijo que fuera a ser sencillo, pero nos enfrentamos a un reto que podemos superar con creces si: (1) nos formamos, reciclamos y aplicamos los relevos generacionales necesarios, (2) hacemos uso de tecnologías enfocadas a mejorar el desempeño, reconocer y recompensar a nuestros equipos por ello y, por último, (3) nos grabamos a fuego que a los seres humanos no hay que motivarlos, sino ayudarles a lograr aquello que les motiva. ¿Te suena de algo? Sí, «atrévete a saber».

Víctor Barcelón, cofundador de BonusBank

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