‘La casa entre los cactus’, o cuando las visitas no son bienvenidas

Protección y sobreprotección no son lo mismo. Lo remarca su propio prefijo. El exceso siempre acaba acarreando algún disgusto. La necesidad de cuidar de los más pequeños es un instinto, pero hacerlo desmesuradamente puede acarrear serias consecuencias. Y a ello se agarra La casa entre los cactus, basada en la novela del mismo nombre y escrita por Paul Pen.

Carlota González-Adrio, que debuta aquí como directora de largometrajes, logra inquietar con este thriller psicológico que cuenta en su elenco con rostros conocidos de la gran pantalla como Daniel Grao, Ricardo Gómez o Ariadna Gil.

Una trama con intriga donde vemos cómo Emilio y Rosa han creado una familia perfecta. En los años setenta, en algún desértico lugar de las Islas Canarias, han construido un hogar lleno de amor por sus cinco hijas, todas con nombres de flor: Lis, Iris, Melisa, Lila y Dalia. Allí, apartados de la civilización y de una vida que dejaron atrás en su país, disfrutan de un particular paraíso, ajenos al resto del mundo. Un mundo que supone una amenaza y que, de interferir con la familia, podría acabar con ella para siempre. Emilio y Rosa lo saben, son los únicos conscientes del peligro que corren, y por ello llevan toda una vida ocultando a sus hijas un terrible secreto.

La película consigue su objetivo: mantener el suspense hasta el último minuto. La propia protagonista, Ariadna Gil, reconoce que le atrapó todos los interrogantes que se despertaron en ella al leer el guion. Otra de las razones que le impulsó a realizar el largometraje fue ver como se podía «acercar a ese personaje que le provocaba muchas preguntas» debido a que son «personajes que viven con otra lógica muy distinta a la nuestra» y poder dar vida a una protagonista tan compleja fue lo que le suscitó el interés para terminar de convencerse del planteamiento de su personaje en el filme.

La actriz barcelonesa da vida a Rosa a la cual define como un personaje «muy difícil de entender. Es una mujer que está funcionando de otra manera y cuyos actos no están mal porque están dentro de lo que le ha tocado vivir».

¿Qué esconde el matrimonio de Emilio y Rosa y porqué amparan exageradamente a sus hijas?, ¿cual es ese pasado que sigue vivo?... La irrupción de un extraño en la realidad apartada del mundo en la que vive la familia aislada en un páramo es la premisa de la que parte el filme.

La cinta, rodada en Canarias bajo la dirección de fotografía de Kiko de la Rica y con música de Zeltia Montes, cuenta la historia de una familia que vive fiel a un mundo propio y la realidad que se han creado, pero esa realidad, en un momento, se deconstruye.

La película habla sobre la idealización de la vida en familia y de cómo estos personajes lo llevan a cabo hasta la última consecuencia, sobre una familia que vive como ha decidido, hasta que la realidad del exterior (una visita no bienvenida) se cuela en el mundo que han creado y todo empieza a tambalearse.

Mikel, un joven y ambicioso chef, recibe la visita inesperada de su padre, desaparecido hace treinta años. En un momento crítico para el futuro de su restaurante, Mikel deberá hacerse cargo del alocado e imprevisible Juan, un verdadero huracán de vitalidad que pondrá a prueba todas sus ideas sobre la cocina y la vida.

Tras la muerte de su madre y quedarse sin parientes conocidos, Evie se hace un test de ADN y descubre a un primo lejano que nunca supo que tuvo. Al ser invitada por su recién encontrada nueva familia a una fastuosa boda en la campiña inglesa, se verá pronto seducida por el sexy aristócrata anfitrión, pero acabará envuelta en una pesadilla de supervivencia.