Política
El arzobispo de Tarragona no apoya la petición del presidente de los obispos de adelantar elecciones
Joan Planellas no comparte la reclamación al gobierno español del presidente de la Conferencia Episcopal Española, Luis Argüello: «No representa al conjunto de los obispos»

Joan Planellas, arzobispo de Tarragona, en un acto con profesores
«No comparto las declaraciones del presidente de la Conferencia Episcopal Española, Luis Argüello, y del secretario general y portavoz, Francisco García Magán, en las que reclaman al Gobierno español la convocatoria anticipada de elecciones generales», ha declarado al Diari el arzobispo de Tarragona, Joan Planellas.
Planellas ha recordado que «Argüello no podía efectuar estas declaraciones, por lo menos en nombre de los obispos, sin haber tratado este tema en la Comisión Permanente del episcopado, que se ha reunido precisamente esta semana en Madrid».
«No hay, pues, una posición consensuada entre los obispos de la CEE», agrega Planellas. «Por lo tanto, en este asunto, Argüello solo puede pronunciarse como arzobispo de Valladolid, pero de ninguna manera sus declaraciones representan al conjunto de los obispos de la Conferencia Episcopal».
El arzobispo ha comentado que «evidentemente hay que luchar contra la corrupción e investigar lo que sea conveniente, en la iglesia, en la política, en las empresas... Además, la Iglesia no debe entrar en política partidista, en la línea de la constitución pastoral Gaudium et spes del Vaticano II».
Además, Planellas recuerda que «Francisco García Magán no estuvo presente en la reunión, puesto que se encontraba fuera de España, en un encuentro internacional de las conferencias episcopales europeas».
En esa reunión, en realidad, los 25 obispos de la Permanente trataron del Plan Priva de atención y reparación a las víctimas de abusos; de la legalización de los inmigrantes indocumentados, o de la creación de una oficina para denunciar delitos de odio y ofensas por motivos religiosos.
La réplica de Félix Bolaños
El pronunciamiento político de Argüello ha motivado al ministro de Justicia, Félix Bolaños, a remitir una carta al presidente de los obispos en la que muestra su «extrañeza», pues «reproduce de forma exacta las peticiones y argumentos de los dos principales partidos de la oposición». Bolaños añade que «no es la primera vez en nuestra historia reciente en la que se produce una comunión espiritual y política entre la organización que preside y los partidos políticos de la derecha y la ultraderecha».
La polémica se origina en unas declaraciones de Argüello al diario ABC, este jueves. En ellas asegura que «hay que buscar salidas a […] una situación de bloqueo institucional, parlamentario y en el propio poder ejecutivo. […] En democracia pareciera que la salida más evidente es dar voz a los propios ciudadanos». Cuando el entrevistador le pregunta directamente «¿Elecciones en definitiva?», el presidente de la CEE responde: «Sí». Es la primera vez desde el retorno de la democracia que el presidente de los obispos pide explícitamente la disolución de las Cortes y la convocatoria de elecciones.
Leña al fuego
El secretario de la CEE, García Magán, este viernes, precisó que «no hay una posición de la Conferencia Episcopal». Sin embargo, avaló a Argüello. El presidente de la CEE propone, según García Magán, «que hablen los ciudadanos, un principio básico de una democracia. Por elevación, lo que ha puesto encima de la mesa es algo tan importante como el bien común y lo que conviene a España, por encima de intereses particulares de partidos, que siempre pueden ser más de vuelo raso y no tanto de altura de miras». El portavoz agregó que la Iglesia «no tiene partido», sino que «se preocupa por el pueblo».
El ambiente ya venía caldeado después de que este lunes 16, Luis Argüello presentara un libro junto a Santiago Abascal, presidente de VOX, en Madrid. El libro está escrito por el filósofo Miguel Ángel Quintana, entre otros. Quintana es uno de los ideólogos de la Fundación Disenso, el think tank de Vox. En el evento, Argüello reivindicó el concepto de «patria». Durante el evento, Abascal exhortó a los obispos a «revivir el concepto de unidad de España como un bien moral».