A última hora de la tarde dle 30 de julio, una fuerte tormenta de agua y viento cayó en Salou. En la terraza del bar Playa Mero, en la calle Gavina (en el acceso a la playa dels Capellans), la gente se levantó de las sillas y entró en busca de refugio dentro del local. El viento y la lluvia derribaron para soles y carpas y dañaron un televisor que estaba en la terraza. El temporal amainó y fue el momento de recoger parasoles y toldos. Algunos rotos, otros solo empapados de agua.
El propietario del negocio, Marc Gispert, y el trabajador, Joan Fernández avisaron a su seguro días después y un périto se acercó para tomar nota de lo ocurrido. Aparte, del documento oficial, el perjudicado envió a su agente de seguros fotografías del estado de la terraza y del televisor para que tuvieran imágenes de esa tarde-noche de julio.
La respuesta de la compañía, pero, la recibieron hace pocos días. El seguro rechazaba la indemnización solicitada y argumentaba que el temporal que supuestamente había provocado los destrozos no tenía la virulencia mínima para poder hacerse cargo de los daños.
Fuentes de la compañía de seguros señalan que «hemos hecho comprobaciones tanto por Aemet (servicio estatal de metereología) como por el Meteocat (la versión catalana). En ninguno de los dos las rachas de viento de las estaciones próximas llegan a los 80 kilómetros/hora. como máximo ese día en una estación cercano fue de 45 km/h». Las mismas fuentes del seguro reiteran que su intención es ayudar a sus clientes, pero que no hay datos que prueben que la tormenta fue tan virulenta como se explica desde el restaurante.
Los propietarios no dan crédito a este rechazo y aseguran que los datos no reflejan la tormenta de lluvia y viento de ese día. «En un restaurante vecino las sillas de plástico terminaron en el mar, a varios metros de la terraza. Nos sentimos impotentes cuando ocurren cosas así», concluyen.