Nens del Vendrell, regreso a Prada

Los vecinos ya homenajearon a Casals en su exilio

27 marzo 2024 10:21 | Actualizado a 28 marzo 2024 20:00
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Fue un viaje de gran simbolismo y emoción. De homenaje y de desafío a la dictadura franquista. De recuerdo y de reivindicación. De cultura y de autoaformación.

Era 1966 y el próximo mes de abril la colla castellera Nens del Vendrell volverá a viajar a Prada de Conflent. Con el mismo espíritu de homenaje a Pau Casals. Como ya hicieron hace décadas un grupo de vecinos y entidades de El Vendrell.

Quienes realizaron aquellos viajes recuerdan la emoción de Pau Casals al escuchar el toque de gralla y ver al anxaneta ascendiendo por el castell. Cuando el pilar de quatre llegó a lo alto, Pau Casals, que lo veía desde su balcón, abrazó al anxaneta y le regaló su pipa.

Era un 7 de agosto de 1966 en Prada de Conflent . Allí permaneció en exilio el violoncelista en gesto de su rechazo a las guerras en el mundo y a la dictadura franquista sin que ninguna nación cuestionase el golpe de Estado y la represión.

Un vínculo emocional

Para Pau Casals la colla castellera Nens del Vendrell era uno de los vínculos emocionales que le mantenía ligado a Catalunya, a El Vendrell y a su casa.

$!Los Nens levantaron pilars para Pau Casals. FOTO: FUNDACIO PAU CASALS

En El Vendrell Pau Casals seguía siendo un referente y una ayuda para resistir por su ejemplo. El violoncelista universal no podía regresar ante la incertidumbre de cómo reaccionaría el régimen franquista.

No iba a poner su imagen y trayectoria a su servicio. Franco pondría a su favor ese regreso de un músico de reconocimiento mundial.

La idea

En 1960 la colla castellera Nens del Vendrell intentó un viaje para visitar a Pau Casals en su exilio pero no acabó realizándose. Cuatro años después por iniciativa de Josep Esteve Oliva, Pep Casalta y del cap de colla de los Nens, Jan Julivert, se planteó hacer castells por los festivales de música de Prada.

Era un desafío al régimen franquista y el viaje no sería fácil. Se recurrió al gobernador civil de Vitoria Luís Martín Ballesteros, que tenía casa en Sant Salvador y era un apasionado de la música. Ballesteros lo entendió y sugirió solicitar un pasaporte colectivo y explicar que el viaje era a Lourdes con una peregrinación de la parroquia de El Vendrell.

$!Casals recibió con emoción a sus vecinos de El Vendrell. FOTO: FUNDACIO PAU CASALS

El alcalde de la época estaba dispuesto firmar un certificado de conducta y el vicario episcopal tampoco colaboraba. Al ir al ver al cardenal, la respuesta fue: «tu mismo. Apáñate».

Finalmente se consiguieron los certificados que permitían el viaje. Fueron 400 personas de la Parròquia de Sant Salvador, el Cor Lira Vendrellenca, los castellers Nens del Vendrell, el Cor Orfeó Parroquial y los Dansaires del Penedès teóricamente en dirección a Lourdes como explicaron en la frontera. No era el camino lógico, pero se argumentó que se aprovechaba para ver monumentos.

Casals fue avisado de la llegada de sus vecinos y les esperaba con emoción. El párroco usó el epístola de San Pablo. «Dios ha repartido dones. El de la música no tiene fronteras».

$!Pau Casals y su esposa Marta Montáñez, en Prada. FOTO: FUNDACIO PAU CASALS

Aquel 7 de agosto los Nens levantaron dos pilares para Casals. Frente a su balcón un pilar de quatre y en lo alto el músico abrazó al enxaneta y le regaló su pipa. «Cuando vuelva a casa me tenéis que hacer un 3 de 8», dijo Casals.

«Espero que Dios me dé larga vida para volver a ver el campanario que tanto amo, al Ángel de la Guarda y el órgano que mi padre tocaba y a quien acompañaba cuando tenía 9 años», dijo el violoncelista.

Pero no pudo regresar con vida. Los que fueron a Prada recuerdan la sensación de despedirse y de agradecer a Pau Casals su lucha. También el sentimiento de haberle hecho feliz. Tras la visita de los vecinos de El Vendrell a Prada, Pau Casals se trasladó a Puerto Rico, donde murió en 1973.

Ahora los Nens del Vendrell regresarán a Parada, allí donde emocionaron a Casals hace décadas.

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