Que a nadie le falte la magia de un libro

‘Biblioteca a casa’. La biblioteca de Altafulla impulsa este proyecto para que todos los vecinos del municipio con movilidad reducida tengan acceso a los libros

22 diciembre 2022 11:37 | Actualizado a 23 diciembre 2022 07:00
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La apasionante aventura de leer. Sí, lo han visto bien. Leer es una aventura y, además, es excitante. Como cuando uno se pone a buscar el sentido de la vida con la amistad como base, como hace Silvia Soler en su novela Els Vells Amics. O como cuando Poirot debe resolver el misterioso asesinato de Renauld, cuyo cuerpo sin vida aparece en medio de un campo de golf en uno de los clásicos de Agatha Christie, Asesinato en el campo de golf.

Y por si todavía les había quedado alguna cosa, pregunten a Joan Vidal, un altafullense de nada menos que 86 años que ahora mismo está sumergido de lleno en las dos aventuras que les he descrito arriba. Para Joan, la edad no es impedimiento para disfrutar de aquello que le ha apasionado siempre: leer. Pero sí que le impide acceder a los libros, porque con casi 90 años, su movilidad no es la misma que hace 20, ni siquiera 10. Por eso accede a los libros gracias al proyecto ‘Biblioteca a casa’ que, desde principios de mes la biblioteca de Altafulla ofrece a todos los residentes del municipio con problemas de movilidad.

«La idea universal de una biblioteca es la de llegar a todo el mundo». Son palabras de Ferran Alapont, el impulsor de ‘Biblioteca a casa’. Si esta premisa no se cumple, toda la esencia se pierde, y esto no puede permitirse. Ferran hace personalmente las entregas de los libros a las personas que lo solicitan: «El usuario se interesa y nosotros le hacemos una serie de preguntas para saber qué preferencias tienen», explica. «A partir de aquí, elegimos los libros y yo mismo cojo la bici y se los llevo a casa con un préstamo de un mes». Cuando pasa ese período, Ferran vuelve a montarse en si bicicleta y va a recoger el libro, o mejor aún, recoge el ‘viejo’ a cambio de otro.

Bonita coincidencia

Gracias a esta bonita iniciativa, Ferran conoció a Joan, y viceversa. «Cuando le hice las preguntas a Joan vi que no tenía muy claro qué género prefería. Él decía que no tenía preferencias, solo que quería leer alguna cosa agradable», explica Ferran. El por qué Ferran pensó en las dos novelas que finalmente le prestó está muy claro: «El de Agatha Christie, porque es ágil de leer. Y el de Silvia Soler, porque tiene ese punto emocional y sentimental que estaba seguro que le gustaría».

Les confieso que cuando yo hablé con Joan y me dijo que uno de los libros que leía era Asesinato en el campo de golf, pensé: «¡menuda caña, con 86 años!». Luego, él mismo reconoció que «si son buenos libros, a mi ya me gustan. Lo que sí quería era uno en catalán y otro en castellano». Ustedes me perdonarán, pero sigo pensando, y con más razón si cabe, lo mismo: «¡menuda caña!».

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