Salou se despide de las Nits Daurades con devoción y espectáculo

Tras dos años, la imagen de Santa Maria del Mar vuelve a salir en procesión ante miles y miles de personas que han abarrotado el paseo de Salou. Los fuegos artificiales han puesto el broche de oro a unas fiestas cargadas de normalidad

15 agosto 2022 23:27 | Actualizado a 15 agosto 2022 23:27
Se lee en minutos
Para guardar el artículo tienes que navegar logueado/a. Puedes iniciar sesión en este enlace.
Comparte en:

Si había alguna duda de que estamos ante una nueva normalidad, cualquiera que haya estado hoy en Salou ha podido comprobar que la pandemia es algo ya lejano en el imaginario colectivo. Éste ha sido un 15 de agosto para reconciliarse con las multitudes. Con el paseo Jaume I cortado y abarrotado, como manda la tradición. El día grande de las Nits Daurades, el broche a las fiestas, reunió a decenas de miles de personas desde última hora de la tarde para ver la procesión de la virgen y presenciar los fuegos artificiales.

Hacía dos años que Salou no acudía a su cita con Santa Maria del Mar y eso se notó en un cierre de las Nits Daurades que enlazó el momento más solemne de las fiestas con el más espectacular. Ésta era, además, la primera vez que la actual imagen de la virgen procesionaba, después de que la anterior se rompiese al caerse dentro de la iglesia el 15 de agosto de 2019.

Con 20 minutos de retraso sobre el horario previsto, los miembros de la Confraria de Pescadors de Salou han sacado a la virgen de la iglesia de Santa Maria del Mar bajo una cálida ovación de los fieles que llenaban el templo. La Banda de Cornetes i Tambors Verge de Misericòrdia de Reus abría la procesión marcando el paso hacia la calle Mestral y, de ahí, al paseo Miramar y el Espigó del Moll. Tras ellos, medio centenar de personas, de todas las edades y ataviadas con indumentaria marinera, guiaban a la virgen iluminando el camino con antorchas.

A lado y lado del recorrido, miles de personas se agolpaban para ver el paso. Los más afortunados tampoco perdían detalle desde los balcones. Solo algunos aplausos espontáneos rompían la solemnidad del momento. Al llegar al espigón, la procesión continuó por el mar en una de las postales más añoradas estos dos últimos años.

Comentarios
Multimedia Diari