Almudena de Arteaga: «Felicitas de Saint-Maxent fue una mujer ilustrada y valiente»

La reconocida escritora de novela histórica narra las vicisitudes de la condesa de Gálvez en ‘La virreina criolla’

12 julio 2022 18:02 | Actualizado a 12 julio 2022 18:21
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A caballo entre el Antiguo y el Nuevo Régimen, Felicitas de Saint-Maxent, condesa de Gálvez, es la protagonista de la última novela de Almudena de Arteaga, La virreina criolla (HarperCollins Ibérica). Una vida de aventura que transcurre entre Nueva Orleans y el Misisipi, la independencia americana y la corte madrileña, con la Revolución francesa y la caída de los cimientos sociales de trasfondo.

Vuelve a darle voz a otra mujer.
Siempre me he centrado en la península ibérica y ahora doy un salto para moverme por otros escenarios como Luisiana, El Caribe, México, la nueva España. Otra mujer totalmente olvidada que espero que pronto todo el mundo sepa quién es.

¿Cómo era de difícil para una mujer de la época moverse entre los dos mundos?
Ella hace el tornaviaje, todo lo contrario a lo que hacen el resto de las mujeres europeas en su momento. En el siglo XVIII muchas mujeres y hombres europeos viajaban a América, tanto del norte como del sur, en busca de una vida mejor. Mientras que ella, teniéndolo absolutamente todo allí, al final de su vida decide venir a España y educar a sus hijos aquí.

¿Por qué, si lo tiene todo?
Se casa con un español que ayuda a la independencia de Estados Unidos, algo que es una anécdota muy desconocida. Al ser hija de franceses y habiendo nacido en América, siempre existe esa añoranza y en la novela se percibe perfectamente, de la tierra de sus antepasados o de la tierra que la debería haber visto nacer y no lo hizo. Añoranza hacia Europa. Entonces, cuando queda viuda de Bernardo de Gálvez, siendo virreina de México, le hace una promesa en el lecho de muerte. Esto está escrito porque su marido lo pide en el testamento.

Y la cumple.
Totalmente. Él pide que sus hijos sean educados en España y ella lo deja todo atrás y viene. Pero sin renunciar a sus ideales y, de hecho, al final de su vida llega a ser desterrada de la corte madrileña, un destierro cercano como era Valladolid, pero tenemos que tener en cuenta que era una mujer que venía del Caribe y con el frío de Valladolid llegó a enfermar de muerte.

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Aunque tuviera añoranza, la Francia revolucionaria no era un destino para ella, que pertenecía a la nobleza.
Felicitas es condesa de Gálvez por méritos propios. Vive un mundo de mujer acompañando a los hombres. Ella vive dos momentos muy importantes en su vida. Por una parte, la independencia de Estados Unidos, en la que se implica la familia totalmente. Y en segundo lugar, nada más y nada menos que la Revolución francesa. En la corte madrileña es una mujer muy ilustrada donde recibe a los contemporáneos de la época. Allí ayuda a personajes muy afrancesados como Cabarrús, por ejemplo. Es un momento en el que los demás miembros de la corte tienen miedo. Han rodado muchas cabezas en Francia y la destierran, como a tantos otros.

¿Los ideales franceses son el motivo de su destierro?
Eso y que venía a heredar. Se encontró a muchos familiares aquí que no pensaban que aquella mujer que vivía tan lejos iba a venir a reclamar lo suyo y eso se podría extrapolar al siglo XXI.

Peor en aquella época, con la peligrosidad de la travesía.
Siempre digo que en la historia de Felicitas hay muchas historias en sí. Por ejemplo, los piratas. Como Johnny Depp, los corsarios ingleses asaltaban sin parar todos los barcos españoles que iban y venían, tanto de tripulación como de mercancías. Indudablemente era una aventura muy arriesgada, junto a todos sus hijos y parte de su familia.

Como noble, cuando vive en América, ¿qué relación tiene con los autóctonos, con los esclavos?
La esclavitud estaba prohibida. Las provincias del norte de América eran colonias para los ingleses. Es decir, los ciudadanos eran de segunda fila. Por el contrario, en los virreinatos españoles, que en ese caso era Luisiana, todos los ciudadanos eran españoles de pleno derecho. Los españoles ya habíamos abolido la esclavitud, pero como esto había sido francés solo un tiempo antes, indudablemente en los campos de su padre había muchos esclavos. Y hay un personaje mitad ficción, mitad realidad, porque existía en Nueva Orleans, que yo lo utilizo como su hermana de leche, que es hija de una negra liberta, que trabajaba para ellos y de un indio que trabajaba para su padre para comerciar y traficar con mercancías en el Misisipi. En el personaje de Ágata he querido dejar claro en la novela ese rico mestizaje que siempre he admirado muchísimo, que existía en las provincias de ultramar.

Como Johnny Depp, los corsarios ingleses asaltaban sin parar todos los barcos españoles que iban y venían, tanto de tripulación como de mercancías

Los reyes de Francia y España se reparten el mundo y de golpe los ciudadanos pasan de pertenecer a otro país. Es algo que se ha hecho reiteradamente a lo largo de la historia.
Los terrenos de Luisiana fueron descubiertos por los españoles en el siglo XVI. Pero los dejaron de lado porque eran muy vastos, muy extensos, que no podíamos repoblar nosotros solos y acaba repoblándolos una mayoría francesa muy grande. El que conoce Nueva Orleans sabe que en la parte histórica, hay dos barrios perfectamente diferenciados, el español y el francés. Es una ciudad que siempre aconsejo visitar porque está llena de magia. Un buen día, ellos se acuestan franceses y se levantan españoles. En este caso, el padre de Felicitas supo elegir el bando vencedor y se acercó a los españoles y por eso tuvo muchas prebendas posteriores.

Usted también tiene un título ¿Qué significa en la actualidad?
Un nombre más y un recuerdo a las glorias de nuestros antepasados. No significa nada más. El título que tengo se remonta a los Reyes Católicos. O sea, que tiene muchos siglos de historia. Tengo el deber de conocer las hazañas y glorias de mis antepasados y con este nombre, utilizándolo, te acuerdas de lo que hicieron todos. Son muchas generaciones de hombres y mujeres.

¿Y qué ocurre si las hazañas no son tales?
En 600 años son muchas las personas que lo han detentado, unas buenas y otras malas. Hay de todo y en todos los grupos sociales. Pues depende del personaje que quiera elegir de mis antepasados, tengo algunos que me gusta recordar. Lo interesante es que podamos trepar en ese árbol genealógico, que todos tenemos, igualmente.

No podemos mirar con los ojos de las mujeres del siglo XXI a las del XVIII

¿Qué destacaría de Felicitas?
Su valentía. Su familia ayuda mucho a Bernardo de Gálvez cuando llega como gobernador a Luisiana. Destacaría también cómo ella se vuelca con la población, que es algo muy desconocido. Por ejemplo, él le encomienda, y esto está escrito, ubicar a todos los españoles que están llegando a repoblar Luisiana y ella procura que todos estos hombres, mujeres y niños vayan a buenos destinos, con terrenos fértiles para poderlos trabajar. En su época de México, siendo ella Virreina, también se preocupa, en un año de hambruna, de que la gente necesitada pueda recibir lo máximo posible y no pase tantas penurias como hubiera sido de otra manera. Finalmente, el cruzar hacia un continente y una sociedad que prácticamente desconoce. Sin embargo, supo ser ilustrada en un mundo de ilustrados. Y otra cosa que destaco en la novela es cómo en la corte madrileña la miran como exótica, indudablemente, cuando ella había vivido mucho más mundo que ellos.

Es un poco lo que podría ocurrir ahora con los inmigrantes.
Ciertas personas pueden menospreciarlos, pero hay que escucharlos para llegar a un mundo mejor. En la historia todo se vuelve a repetir, siempre se pueden buscar paralelismos.

Si Felicitas hubiera sido un hombre, ¿hubiera caído en el olvido?
Probablemente no la hubieran desterrado de la corte de Madrid. Pero no podemos mirar con los ojos de las mujeres del siglo XXI a las del XVIII. Felicitas, siendo viuda, se enfrentó a los hombres de la propia familia de su marido. Fue una mujer valiente.

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