Interesado en la práctica y la divulgación de procesos fotográficos del siglo XIX, el fotógrafo Josep Maria Balagué (Barcelona, 1959), quien reside en Tortosa desde 2015, ha elegido la técnica de la cianotipia para presentar la exposición Territori Blau, en la que muestra un conjunto de plantas recogidas por tierra y mar, como ejemplares únicos de la belleza paisajística del territorio ebrense.
La muestra se puede visitar en el Museu de les Terres de l’Ebre (Amposta) hasta el 11 de diciembre, de martes a sábado de 11 a 14 h y de 17.30 a 20 horas, domingos de 11.30 a 14 horas. «Desde joven he tenido la inquietud por conocer los orígenes de la fotografía. Supongo que todo el mundo que desarrolla una técnica como la fotografía llega a un impasse que le empuja a ir más allá», explica el fotógrafo, quien añade que «cuando llegué a este punto, tuve la necesidad de investigar, no solo lo que ocurría cuando ponía el carrete en la cámara, sino viajar en el tiempo para conocer los orígenes».
Por ello, Josep Maria Balagué dice que «Territori Blau no solo se concibe para mostrar la poética de estos elementos naturales, sino para dar a conocer al espectador la cianotipia: su historia, materiales y procedimientos». Así, para el fotógrafo, trabajar con esta técnica del siglo XIX le aporta «estar en contacto con los predecesores de la fotografía, es decir, es como si me situase en medio del universo, durante el big band, cuando todo empezó a materializarse».
Los orígenes
Por ello, el tiempo y la dedicación han sido dos de sus principales aliados. «Durante estos años, he hallado documentos fotográficos de 1900, libros antiguos y he tenido constancia de personas especializadas, lo que me ha brindado la oportunidad y la satisfacción de descubrir los inicios de la fotografía», asegura Josep Maria Balagué.
Sobre dichos orígenes, él mismo recuerda que «el procedimiento de la cianotipia se utilizó por primera vez en 1842 y da como resultado copias fotográficas de color azul intenso, utilizando sales metálicas como agente sensibilizador y luz solar como medio de expresión».
En cuanto al procedimiento, Josep Maria Balagué dice que hay tres hitos históricos. «A partir de 1826, el señor Niépce consigue la primera fotografía impresa sobre una placa metálica de peltre, tratada con betún de Judea, que es un material que se utiliza para envejecer y restaurar muebles. Colocó la placa dentro de una caja oscura y la dejó ocho horas en la habitación de su casa, exponiéndola a la luz, entonces el betún se endureció, dando lugar a la primera fotografía», rememora Josep Maria Balagué.
En ese momento, continúa explicando, «empiezan a desarrollarse una serie de técnicas nuevas, después de que diferentes científicos descubran que existen determinadas sales sensibles a la luz del sol, como son las de hierro, plata y cromo. Hablamos del científico inglés Sir John William Frederick Hershcel, quien hace 180 años descubrió que las sales de hierro eran sensibles a la luz solar».
En esta misma línea, destaca la labor científica de «la botánica e ilustradora Anna Atkins quien, después de probar diferentes maneras de imprimir un papel con luz, con resultados poco satisfactorios, lo intentó con el invento de su amigo Hershcel, la cianotipia, y consiguió unas imágenes espectaculares». La misma se convirtió en la primera persona en utilizar una técnica fotográfica para ilustrar un libro.
Por todo ello, para Josep Maria Balagué «la fotografía ha sido un regalo». «Nunca me he alejado de la fotografía lo suficiente como para perderla de vista, esto me ha enriquecido en todos los sentidos», afirma y añade que «la fotografía me ha aportado una mayor concentración, disciplina y atención». Por último, el fotógrafo concluye que «hoy, para obtener una imagen solo es necesario apretar un botón del teléfono móvil, yo voy ciento ochenta años hacia atrás y con esta exposición, Territori Blau, presento un proceso del siglo XIX, cien por cien artesanal y manual en casi su totalidad, la cianotipia».
