Ramón Ferré, el protector del Club Patí Calafell sin patines

El expresidente y exentrenador del club recibe la insignia de Oro de la Federación Española de Patinaje por su dedicación al club y el hockey local

04 febrero 2024 11:02 | Actualizado a 04 febrero 2024 17:45
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Ramon Ferré se ha entregado en cuerpo y alma al Club Patí Calafell. Ha sido secretario, presidente, entrenador de cantera, del primer equipo... Lo ha hecho prácticamente todo para la entidad y el hockey local. Un despliegue brutal de amor a este deporte sin saberse poner un patín. «Nunca he patinado», admite divertido.

En su juventud, era más de fútbol. Se movió por el fútbol regional de la zona. Jugó para el Calafell, Cunit, Vendrell, Bisbal del Penedés, etc. Un fútbol de época, áspero como la tierra de los campos y duro como los balones de cuero que se hacían en esos tiempos. No copó de trofeos las vitrinas de su comedor, pero entre sus registros históricos, siempre tendrá el orgullo de haber sido el autor del primer gol en el Camp Nou de Calafell.

El hockey apareció más tarde. Los jugadores de la sección de hockey del Centre Parroquial Calafell -así se llamaba entonces el Club Patí Calafell-, cansados de tener que ocuparse más de labores tediosas que no dominaban más que de jugar, propusieron a Ferré convertirse en secretario de la entidad. «Yo estudiaba contabilidad y creyeron que podía llevarles las cuentas. Acepté, aunque no sabía nada del hockey», explica Ferré.

Su única relación había sido de muy pequeño. Con 6 años, cuando se construyó la primera pista en Calafell. Bajaba para ver los entrenos. Intentó sumarse al hockey y se compró unos patines. Pero, «no era lo mío, enseguida vi que era más fácil el fútbol», cuenta.

En 1963, ya como integrante de la entidad, se lanzó a intentar entender todos los entresijos del deporte. Primero, sus normas y reglas. No era fácil en esos tiempos encontrar información. Ferré recurrió a dos fuentes: la empírica, acudir a ver partidos en Sant Sadurní y Reus, y acudiendo al entrenador del Liceo, Andrés Suárez Caramés, uno de los máximos conocedores del hockey sobre patines en el país en ese tiempo. El que fuera también seleccionador español le facilitó todo tipo de información y material videográfico para que Ferré pudiera comprender todo acerca del hockey.

En poco tiempo, el joven Ferré se convirtió en un imprescindible del CP Calafell. Un hombre de club. Dispuesto a todo, con tal de ayudar a la entidad. Su gran premisa, que mantuvo hasta que dejó el club en 2011, era apostar por la gente joven. «En aquella época el Ayuntamiento aportaba unas 300.000 pesetas al club y yo destinaba 200.000 para la base del club», relata. Era tal su convencimiento por formar una cantera potente que no dudaba en pagar de su bolsillo los patines a jóvenes cuyos padres no podían pagarlos.

Con esa apuesta decidida por la formación y los jugadores de la casa, se erigió como entrenador del primer equipo del CP Calafell en la temporada 1978/79. Lo hizo por necesidad. Fue una etapa muy complicada económicamente. Tuvieron que hacer muchos esfuerzos para cuadrar cuentas de nuevo, recuerda Ferré emocionado.

Estuvo una década en el cargo, logrando marcados hitos. En la 1980/1981 consiguió ganar la Primera División Nacional y ascender a la División de Honor con una plantilla formada íntegramente por jugadores surgidos de las categorías inferiores. «Nunca más se ha conseguido», subraya.

En ese tiempo, compaginó su labor como máximo responsable del primer equipo con la dirección del Júnior y el Juvenil, con el que consiguió el subcampeonato tanto de España como de Catalunya.

En la campaña 1990/91 se convierte en entrenador del CE El Vendrell. Tras dos años en el club, quedándose a un punto del ascenso a División de Honor.

En El Vendrell consiguió llevar al alevín hasta el subcampeonato de Catalunya y de España, en el 2000, pero acabó marchándose porque «querían hacer cambios y me hubiera tenido que enfrentar a ellos, como sucedió en Calafell, pero no era mi pueblo».

Volvió a su CP Calafell para convertirse en presidente. Un mandato de seis temporadas que solo cumplió cuatro. Las dos últimas las dejó en manos de gente joven que pudiera completar el proceso de modernización que habían iniciado. Siguió en la Junta hasta que en 2011 se alejó definitivamente.

En los últimos años, se ha dedicado a recoger la historia del club y del hockey patines en el municipio en varios libros. Tal es la información que dispone que incluso otros clubes acuden a él para contrastar aspectos de su propio pasado referentes al hockey.

Una dedicación tan grande que el pasado viernes la Federación Española de Patinaje le concedió la Insignia de Oro en la IX Gala del Patinaje celebrada en la sede del COE en Madrid. Un merecido reconocimiento para un pilar fundamental de la historia del CP Calafell.

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