Reus Deportiu y Calafell yacen con vida sobre la pista y sus ojos andan inyectados en sangre porque son conscientes de que se han ganado una oportunidad más que no pueden desaprovechar. Ambos salvaron el match ball el pasado sábado y este martes tienen la oportunidad de meterse en las semifinales de la OK Liga. FC Barcelona y Liceo, los dos cocos, esperan.
Los de Jordi García lograron sobrevivir en un escenario poco idílico para ello. El Pavelló Onze de Setembre acudió a la cita con ganas de ver a su Lleida confirmar la machada. También querían venganza porque el Reus les quitó la ilusión en las semifinales de la Copa del Rey de la presente edición.
La superioridad ilerdense del primer partido se transformó en una plena igualdad en el segundo. Fue agónico. Exageradamente desquiciante. Tanto que todo se decidió en una prórroga en la que el Reus vio la orilla y el ataúd a la misma distancia. Ganó lo primero porque apareció el talento. El Checo Compagno es un jugador en desarrollo, pero con unas pinceladas venenosas en su juego que resultan suficientes como para matar. Su gol llegó a falta de un segundo y con el Lleida buscando la heroica. Un tanto que siempre será recordado, pero que se hará con más fuerza en función de lo que hoy suceda.
El Palau d’Esports de Reus se vestirá otra vez de gala para la ocasión. Este martes a partir de las 21.00 horas tiene una cita. No sabe si dirá un hasta pronto o un adiós, pero lo que sí que sabe es que debe generar un clima desbordante que ayude al conjunto rojinegro a completar la remontada. Ganar sería meterse en semis y ante el FC Barcelona. El Clásico por un puesto en la final de la OK Liga. Sobran argumentos para ganar hoy, pero enfrente hay un rival que se ha ganado todo el respeto del mundo habido y por haber.
Si el Reus salvó el abismo también lo hizo el Calafell. Lo suyo fue un ejercicio de casta y personalidad. Se arropó en un Joan Ortoll que volvió a confirmarse como una de las plazas del hockey nacional. Allí los milagros suceden y las fuerzas se igualan. Da igual quien comparezca que sabe que el sufrimiento está garantizado. El Noia Freixenet fue con la idea de cerrar la eliminatoria y salió escaldado. El 5-4 fue engañoso porque el Calafell llegó a ir 5-1.
L’Ateneu cierra este martes (21.00 horas) una eliminatoria en la que solo habrá un ganador. El Calafell ya ha demostrado que sabe jugar finales. La única de esta temporada la ganó. Fue la WS Europe Cup ante el Lleida. Lo de hoy tiene aroma a final y por eso la puesta en escena y en el desarrollo puede ser similar. Un conjunto calafellense concentrado, intenso y consciente de que la mínima grieta se convierte en gloria o KO. El Noia y las semifinales de la OK Liga esperan. El Calafell cree.
