‘Inferno V.I.P.’, un grito de emergencia

Tortosa. El nuevo espectáculo del bailarín Roberto Olivan invita a la reflexión sobre la crisis actual y el futuro de la sociedad

31 agosto 2020 15:08 | Actualizado a 31 agosto 2020 15:12
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«Sé lo que pienso, sé lo que quiero cambiar y lo predico». Con estas palabras el bailarín y coreógrafo Roberto Olivan (Tortosa, 1972) invita a la reflexión en su nuevo espectáculo, Inferno V.I.P., y que estrenó para inaugurar el Dansàneu, el Festival de Cultures del Pirineu, que se celebra hasta mañana en las Valls d’Àneu. «El espectáculo surgió a raíz de la invitación directa a participar en el certamen de este año», afirma Olivan. 

De este modo nació la idea de presentar este solo. «Hacía unos veinte años que no hacía un solo y pensé que la inauguración del Dansàneu era una muy buena ocasión», asegura el bailarín tortosino y añade que «obviamente, cualquier temática que pudiera surgir y presentar partiría de cuestiones de mi interés, que me importan y que también despiertan mi sensibilidad». 

En esta misma línea, Roberto Olivan –Premio EFFE 2019-2020 a la creación del festival Deltebre Dansa y Premi Nacional de Cultura– explica que «enfrentarse a un solo no es nada fácil en absoluto, para mí es una de las cosas más difíciles. Me he acostumbrado a trabajar con gente y para la gente, y en el momento en que debes estar solo una hora, defendiendo una idea, un proyecto y una música, la intensidad encima del escenario es mucho más fuerte». Pero como «persona de retos», el bailarín asumió el desafío «ahora que todavía tengo energía y tengo cosas que decir». 

Y en medio de una época de fuertes y profundos cambios sociales, Roberto Olivan decidió bautizar el espectáculo como Inferno V.I.P.. «La fricción entre ambas palabras es lo que me gustó, es decir, la idea metafórica del infierno, donde iremos a parar si no hacemos bien las cosas, y la palabra V.I.P., como crítica al elitismo y a la idea de aparentar, en las redes sociales, que las cosas van muy bien, cuando profundamente la realidad es otra», explica el coreógrafo. 

Así es como el bailarín tortosino llegó a la conclusión de que «vivimos en una especie de Inferno V.I.P.. Es como mirar desde el futuro hacia atrás para ver donde estamos, y luego pensar que podíamos haber cambiado las cosas y no lo hicimos».

Lenguajes
Encima del escenario, detalla el coreógrafo, «hay seis monitores de televisión conectados con la música. Y con la colaboración de un diseñador de artes visuales hemos transformado la danza y la música también en el lenguaje visual». Al respecto, Roberto Olivan asegura que «no podemos dar la espalda a este lenguaje porque es el futuro, y yo lo utilizo a modo de exploración para integrarlo en mis espectáculos». Además, Inferno V.I.P. también se acompaña de momentos literarios inspirados en el libro Haikús en temps de guerra de Miquel Martí i Pol y una lectura del ensayo Les lleis bàsiques de l’estupidesa humana, del historiador económico Carlo Cipolla. 

Lo esencial de la vida
Inferno V.I.P. es un recorrido por «diez momentos metafóricos y filosóficos, que van desde el teatro hasta la danza pura, pasando por la tecnología como altavoz, y que invitan a reflexionar sobre los instantes esenciales de la vida», explica Roberto Olivan y añade que «las escenas del espectáculo tienen formato de pasaje bíblico a través de diez momentos que transmiten sensaciones que todos podemos compartir, partiendo de una idea individual que es la que yo aporto». 

Preàmbul; El moment oportú; Moments que valen la pena; Per la boca mor i mata el peix, Viatge enlloc; Qui ens salvarà de nosaltres mateixos?; El gra i la palla; El temps s’esgota; La insuportable lleugeresa de l’ésser y Testament son los diez pasajes del espectáculo. 

Espacios no convencionales
Inferno V.I.P. también se caracteriza por ser una propuesta de pequeño formato adaptable a espacios no convencionales. «Esto es algo a lo que nos tendremos que acostumbrar los artistas, es decir, tendremos que ser muy flexibles a partir de ahora para poder actuar y presentar piezas en espacios que no son los habituales», afirma el coreógrafo. 

Por último, en cuanto a la intencionalidad de Inferno V.I.P. Roberto Olivan se expresa con claridad: «Hay muchos defectos, problemas y consecuencias que estamos viviendo con la crisis actual, y muchas más las que llegarán. Ahora que estamos a tiempo, el espectáculo es un grito de emergencia porque el tiempo se agota». 

Por esta razón, el tortosino está convencido de que «como artistas estamos obligados a reflejar lo que ocurre en la sociedad, si no ya no sería arte y estaríamos hablando de otro tipo de entretenimiento». 

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