El coworking rural toma impulso. Cowocat_Rural, la red catalana de espacios de coworking rural fruto de la cooperación de 11 grupos de acción local catalanes en territorios LEADER, con sede en Móra d’Ebre (Ribera d’Ebre) y liderado por el Consorci Intercomarcal d’Iniciatives Socioeconòmiques (CIS), impulsa, entre el 19 y el 25 de septiembre, el primer festival de coworking rural de Catalunya, designado como CoworkFest y en el que participan 19 espacios de coworking ubicados en territorios rurales.
Begoña Garcia Barco, gerente del Consorci Intercomarcal d’Iniciatives Socioeconòmiques (CIS), el consorcio público-privado impulsor de Cowocat_Rural, explica el propósito de este evento: «El CoworkFest surge para dar visibilidad a estos espacios del ámbito rural, en unas jornadas de puertas abiertas que buscan dar a conocer el movimiento del coworking entre la población local, aunque accesible también al global de los catalanes».
Cowocat_Rural es una red compuesta hoy por 39 espacios de coworking rural repartidos por toda la geografía catalana (aunque limitada a los territorios LEADER de la Unión Europea, lo cual excluye zonas urbanas como el Tarragonès o buena parte del Baix Camp), cofinanciado por el Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (FEADER), el Departament d’Acció Climàtica, Alimentació i Agenda Rural de la Generalitat de Catalunya y la Diputació de Tarragona.
Esta red fue fundada en el año 2014 a partir de una primera experiencia en Riba-roja d’Ebre (Ribera d’Ebre), donde Zona Líquida, un espacio de coworking de iniciativa municipal, se convirtió en el primer lugar de estas características en el ámbito rural de Catalunya.
La pandemia como motor
«La pandemia -explica Begoña Garcia- ha acelerado mucho todo esto, y la mayoría de los espacios de coworking que se encuentran en esta red se han creado entre los años 2017 y 2022». Con unos 220 coworkers repartidos entre todos estos espacios, el objetivo ahora es «captar más coworkers y que la gente nos conozca», explica Begoña Garcia, aunque matiza que no se trata solo de una cuestión de cifras.
Tan importante como la captación de coworkers y el crecimiento de la red con la entrada de más espacios de coworking en el ámbito rural es lograr tejer redes de calidad, que aporten valor a las personas que la integran y a los territorios que abarcan.
«La conexión a Internet y el acceso a la vivienda de alquiler -explica Begoña Garcia- son cuestiones importantes si queremos atraer a gente hacia el ámbito rural, pero otro punto relevante es que haya una comunidad integradora, que acompañe y tutorice» a los profesionales que decidan acercarse al mundo rural para llevar a cabo su trabajo o para arrancar con proyectos emprendedores.
Para ello han creado la figura de la Antena d’Acollida, «un grupo motor de personas que ayudan a los recién llegados a situarse», explica la gerente del CIS. «En los territorios rurales -añade-, los espacios de coworking ya son esos espacios de encuentro, que además apoyan la actividad lúdica, el emprendimiento y el conocimiento del sector empresarial y la economía del territorio».
Para la población local involucrada profesionalmente en proyectos TIC o con facilidades para teletrabajar, estos espacios ayudan, además, a «evitar el aislamiento, porque a nivel mental tienes un espacio donde puedes interactuar con otras cosas que no son tu trabajo y tu familia», defiende Begoña Garcia.
«Se trata -prosigue- de evitar aislarte a nivel social. Además, cuando conoces a otros profesionales, te llegan otros trabajos y puedes llevar a cabo proyectos conjuntos, ofertando de la mano de otros profesionales de la red. Desde estos espacios de coworking han llegado a surgir empresas cooperativas».
