La economía circular en el sector agroalimentario: un modelo de futuro

En los últimos años, se ha ido popularizando este término, un nuevo modelo económico que pretende hacer desaparecer el concepto de residuo y aprovechar los recursos del planeta

26 octubre 2020 11:50 | Actualizado a 14 julio 2021 10:08
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En los últimos años, se ha ido popularizando el término de economía circular, un nuevo modelo económico que pretende hacer desaparecer el concepto de residuo. La economía circular tiene como objetivo principal preservar el valor de los productos, componentes y materiales durante el mayor tiempo posible dentro de la economía. 
De esta manera, está orientada a la consecución de sistemas de producción y consumo más eficientes, gracias a ciclos continuos y regenerativos. Así se consigue reducir el consumo de materias primas y energía, y la generación de residuos y emisiones en los procesos productivos. La aplicación de la economía circular requiere un cambio de visión tanto empresarial como territorial e individual, repensando la manera de producir y consumir. 

En Europa sólo se aprovecha el 5% del valor original de los materiales y energía utilizados, lo cual pone de manifiesto la necesidad de implementar estrategias de economía circular, particularmente ante el hecho de que los recursos disponibles son limitados.

El modelo trata de desvincular el desarrollo económico del consumo de recursos finitos

Los sectores con un mayor potencial para aplicar medidas de economía circular en Catalunya, teniendo en cuenta su peso en la economía y las posibilidades de aplicar estrategias de economía circular, incluyen el agroalimentario, la industria química, el transporte y la logística, la maquinaria y equipos, y el sector de los materiales. 

Así por ejemplo, en el sector agroalimentario, en un modelo de economía circular los residuos son nutrientes, comida: esto implica un nuevo modo de entender el concepto de desecho, ya que ahora no se rechazan sino que se utilizan para transformarlos en recursos de vital importancia en los ciclos biológicos y técnicos. La economía circular además significa que todo está conectado con todo y hay que verlo como un conjunto, un sistema complejo, a la vez que se debe pensar de forma local: las organizaciones y comunidades están influenciadas por su entorno, teniendo una relación dinámica de proximidad.  

La economía circular, en contraposición de la lineal, impulsa un nuevo modelo cuyo fin es tratar de desvincular el desarrollo económico global del consumo de recursos finitos. 

En el sector agroalimentario, los residuos se convierten en nutrientes 

Si ampliamos la mirada hacia delante, considerando como horizonte el año 2030, por ejemplo, veremos cómo las previsiones para entonces son que la población mundial aumentará hasta los 9.000 millones de personas o incluso más, que en paralelo observaremos un incremento de los consumidores de clase media hasta los casi 5.000 millones. 

Ante este crecimiento poblacional la demanda de alimentos, agua, energía también aumentará, se estima hasta un 40-50% con respeto a los niveles del 2010. La degradación ambiental, a su vez ha hecho y hará que se reduzca la capacidad de la Tierra para poder regenerar sus propios ecoservicios, entendiendo por tales todo lo que nuestro planeta nos brinda en forma de materiales aprovechables, procesos biológicos, químicos, físicos, ciclo del agua, absorción y retención de CO2, etc., lo que afecta a la accesibilidad y disponibilidad de recursos básicos necesarios para satisfacer la actividad industrial y humana. 

Por tanto si la demanda aumenta debido a un aumento de los consumidores y de sus estándares de vida, y la oferta de recursos se reduce al destruir el medio natural del cual los extraemos y dada la vinculación de la economía a lo material que se gestiona de forma lineal, podemos entender que el impacto de tal incremento de costes puede ser grave para los consumidores y las empresas. 

Es por todo esto que la sociedad necesita nuevas formas de relacionarse con la naturaleza y capital de recursos, nuevos modos de producción y consumo, que sean más responsables, regeneradores y considerados con el medio ambiente, más respetuosos con el consumidor y el trabajador en todo el mundo.  

«Arroz solidario»

Un ejemplo de economía circular en la demarcación de Tarragona es la empresa Nespresso, que utiliza un sistema de reciclaje propio de sus cápsulas usadas (mediante puntos de recogida) para aprovechar el poso de café, separándolo del aluminio.

Con los restos de café, la empresa elabora un compost agrario que se utiliza para cultivar arroz en los campos del Delta de l’Ebre, a través de la Cambra Arrossera del Montsià. 

Los residuos biológicos tienen un potencial muy alto como alternativa a los fertilizantes químicos

Luego, Nespresso dona toneladas de este arroz para que se reparta entre los diferentes Bancos de Alimentos de todo el territorio español, con su proyecto «Arroz solidario». 
Se trata así de cerrar el círculo, de reciclar materiales que de otra forma contaminarían, de aprovechar un alimento que se acabaría convirtiendo en residuo y darle una segunda vida en forma de abono para, precisamente, obtener nutrientes con los cuales cultivar arroz que, a su vez, tendrá un fin solidario para personas que lo necesiten. Los residuos biológicos tienen un potencial considerable como alternativa a los fertilizantes químicos. Además, promover la bioeconomía significa revitalizar el medio rural y las poblaciones que viven de ello.

También la empresa Torres del Penedès tiene una larga trayectoria en la aplicación de estrategias de economía circular. En la gestión del agua, está implementando un proyecto pionero de tratamiento de las aguas de limpieza de la bodega, para reciclarlas para el mismo uso. Los sarmientos de sus propias fincas, junto con biomasa forestal, son utilizados para alimentar una caldera de biomasa que permite generar calor y frío en la bodega mediante una máquina de absorción de frío. La empresa también aplica estrategias de alargamiento de la vida útil de sus equipos usados, como es el caso de las barricas que son utilizadas en diferentes ciclos para la producción de vino y brandy.

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