¡Más armas para los romanos!

«Si vix pace para bellum». Macron, Scholz, Tusk, la Von der Layen y el directorio europeo y europeísta al completo dicen que necesitamos más misiles para frenar a los rusos y para no caer en la irrelevancia

28 marzo 2024 13:04 | Actualizado a 28 marzo 2024 13:04
Lluís Amiguet
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Esta es una semana de romanos que en la Imperial Tarraco siempre hemos celebrado como se merece: sin los aspavientos de otras latitudes; pero con la solemnidad, entre lo sagrado y lo profano, de lo íntimamente sentido a través de los años.

Veo en cada paso a mi padre y a mi madre vestidos, como en su día, de nazarenos, igual que los tarraconenses oyen y ven a los suyos, estén o ya no estén en cada procesión. Y, discúlpenme, no cometeré el error de dirimir entre cofradías prioridades.

Ya desde niño me emocionaban los ‘armats’, los conciudadanos vestidos, que no disfrazados, de legionarios romanos cuyas sandalias marcando el paso resonaban, dos mil años después, en las murallas de los escipiones.

Somos imperio aún, como lo fuimos de Roma, hoy reencarnada en la UE. Y serlo nos permite una moneda no menos universal que los denarios –nuestros dineros o diners hoy euros– y una seguridad y estabilidad más asegurada que cuando nuestro continente era un ir y venir de fronteras en la construcción aún inacabada de estados nación.

Y en ese punto seguimos con una guerra entre imperios en Ucrania y otra en Oriente Medio para la construcción del estado nación de Israel con la destrucción, dirán otros, del pueblo palestino.

Por eso, veo estos días desfilar a los romanos –con o sin lluvia, que no sé qué pedir al cielo entre sequías– y pienso en cómo el expresidente del Parlamento Europeo, Pat Cox, me decía el otro día en la sede de la UE en Catalunya, frente a La Pedrera, que «si vix pace para bellum», como se decía en la Tarraco Imperial: que los catalanes, españoles y europeos todos nos preparemos para comprar armas y financiar ejércitos. Y Cox no hace sino seguir el mantra que se repite estos días en todas las cancillerías europeas ante el avance de Putin, cual moderno Aníbal, estos días en el frente ucranio.

Como apuntan Macron, Scholz, Tusk, la Von der Layen y el directorio europeo y europeísta al completo: ¡Más armas para los romanos! Necesitamos más misiles para frenar a los rusos y para no caer en la irrelevancia o, peor aún, en la sumisión frente a los imperios pujantes de China y el sur global –India, Brasil, Sudáfrica...– y también frente a nuestro aliado americano en la OTAN.

La otra razón profunda que nadie se atreve a mencionar es que a lo peor en Navidad frente al confiado Occidente europeo el mundo está gobernado por un nuevo eje del mal «Trump-Putin-Netanyahu-Xi Pin» que nos deja a los europeos como parvulitos en una orgía de chacales.

No es imprescindible disparar...Todavía, pero es mejor que junto a nuestra mano tendida todos vean un bastón muy grande.

El problema es que ese bastón de misiles, aviones de combate y tanques sale carísimo. Y el dinero lo tenemos que poner nosotros con nuestros impuestos y con la renuncia a mejorar con ellos nuestra sanidad, educación, pensiones... Para obtener a cambio más y más mortíferas armas y soldados.

Las danesas y los daneses, por poner un ejemplo, acaban de reinstaurar la mili obligatoria para ellos y ellas. Y no descarten que aquí también nos vuelvan a vestir de ‘romanos’, como se decía en la mili de los 80.

Está claro que Borrell, Sánchez, Macron, Von der Layen y Schulz están por el rearme; pero, ¿lo estamos nosotros? Y, al fin y al cabo, quién vota –o no vota– a quién. Así que vamos a ver cómo acaba esta procesión del rearme: si con agua bendita o con ball de bastons.

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