A Alberto Bondesio y a toda su familia le arrebataron, también en la carretera, un trozo de su vida. El pasado 2014, un coche se llevó por delante a su padre, Valerio Bondesio. El conductor iba borracho. Hace poco menos de un año se dictó sentencia: un año y seis meses de cárcel.
«Debe cambiarse el código penal porque no puede ser que, en una carretera con visibilidad, alguien pueda llevarse una vida por delante y no pase por la cárcel para reflexionar sobre las consecuencias de una actitud irresponsable», dice Alberto Bondesio.
Ayer acudió a la concentración en Riudoms porque las dos víctimas mortales conocían a su padre. «Es muy duro porque recuerdas tu experiencia y repites una serie de factores que no son agradables y te solidarizas con la familia de las dos personas fallecidas».
«No es normal el número de víctimas que acumulan las carreteras. Como sociedad debemos hacer también una profunda reflexión», añade.