«La fidelidad es un premio al valor social empresarial»

Entrevista. La reusense Dolors Setó Pamies, profesora e investigadora, se encuentra entre las 100 personas más influyentes en responsabilidad social de la empresa en las redes sociales, según el ranking que elabora la Universidad de Bath (Reino Unido)

20 febrero 2021 09:55 | Actualizado a 21 febrero 2021 11:24
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Dolors Setó Pamies (1971, Reus), casada y madre de dos hijos, es licenciada en Administración y Dirección de Empresas por la UB, doctora en Administración y Dirección de Empresas por la URV. Empezó como profesora en la Universitat Pompeu Fabra en la Facultad de Economía y Empresa y después de un año se trasladó a la Universitat Rovira i Virgili, donde hace 24 años que imparte clases y se dedica a la investigación en el Departamento de Gestión de Empresas. En 2013 recibió el Premio Consejo Social de la URV a la Calidad Docente por su proyecto dedicado a integrar la ética y la RSC en la formación universitaria. Es autora de diversos artículos publicados en revistas internacionales de reconocido prestigio como Journal Business Ethics, Corporate Social Responsibility and Environmental Management, Journal of Management & Organization, etc. Dolors Setó se encuentra entre las 100 personas más influyentes en responsabilidad social de la empresa en las redes sociales, según el ranking que elabora la Universidad de Bath (Reino Unido), y que actualiza de forma trimestral.

¿Qué es la responsabilidad social empresarial?

Hace referencia a la integración voluntaria de las preocupaciones sociales y medioambientales en las actividades que realiza una empresa, y en la relación con todos los grupos de interés: trabajadores, clientes, proveedores y la sociedad en general. Por lo tanto, una empresa responsable socialmente es la que tiene en cuenta sus impactos en las personas –generando valor social– y en el medioambiente, además de tener en cuenta los económicos.

¿Es voluntaria?, ¿No se puede obligar a las empresas?

Es una cuestión de voluntariedad en el sentido que hay unos mínimos que marca la ley, aunque cada vez hay legislaciones más estrictas en temas medioambientales, pero que va más allá de lo exigido en favor de los diferentes grupos de interés. El hecho de que sea concebida como algo voluntario permite a las empresas diferenciarse y les otorga una ventaja competitiva. Desde el momento que una empresa decide hacer algo más, que lo exigido por ley, le servirá para ser percibida como diferente y estratégicamente tiene una implicación positiva.

Ha hecho referencia a que la voluntariedad debe ser en lo que se refiere a todos los grupos de interés.

Bien entendida, la responsabilidad social empresarial debería incluirse en la propia misión de la empresa y en su gestión, porque es una manera diferente de entender cómo debes ser empresa. Lo cierto es que, después, siempre hay acciones que predominan en algún ámbito, algunas se decantan más por acciones medioambientales, otras de acción social y otras potencian las relaciones con los empleados, los clientes o los proveedores.

¿Lo ideal es el equilibrio?

Sí, realmente deberíamos buscar el equilibrio. De lo contrario, podríamos preguntarnos si realmente dicha empresa tiene un comportamiento social responsable o busca otros intereses. Por lo tanto, debería haber un equilibrio, aunque en función del sector o de la tipología de empresa puede predominar alguna medida de responsabilidad social concreta.

¿Cómo se debe construir?

Se debería empezar a construir desde el interior de la empresa y, por lo tanto, uno de los grupos de interés prioritarios deberían ser los trabajadores. Lo que ocurre es que hay empresas que empiezan haciendo una responsabilidad social externa –dirigida a clientes o la sociedad– porque piensan que puede aportarles un mayor impacto y una mayor visibilidad.

¿Es un coste o una inversión?

Se debería ver como una inversión, porque todo lo que tú haces por todos tus grupos de interés acaba teniendo un retorno y, por lo tanto, te puede beneficiar, aunque no se perciba a corto plazo. Por ello, la debemos interpretar como una inversión para el futuro de la sostenibilidad, continuidad y crecimiento de la empresa, aunque inicialmente debamos dedicarle tiempo y recursos.

¿Cómo ha cambiado?

Primero fueron algunas empresas las que empezaron a hablar de esta cuestión, pero cada vez son más las que se han subido al carro porque es algo que exige la sociedad. Además, los valores de las personas y de los consumidores también han cambiado y cada vez son más exigentes con las empresas. Esto significa que ya no les pedimos únicamente que se dediquen a producir bienes y servicios en condiciones de eficiencia y que sean útiles para nosotros, sino que les pedimos que respeten el medioambiente, los trabajadores y que contribuyan a resolver problemas sociales.

¿Cuál es la asignatura pendiente?

La defensa de los derechos humanos es una asignatura pendiente a nivel internacional y cada vez también se pide a las empresas que, en sus procesos de internacionalización o cuando fabrican en otros países, respeten estos derechos.

¿Qué responsabilidad tenemos los consumidores?

Cada vez estamos más implicados y les pedimos más a las empresas que demuestren este comportamiento socialmente responsable y que cuando produzcan respeten los derechos humanos y el medioambiente. También la legislación es más exigente y el rendimiento de cuentas no es únicamente económico, sino que deben demostrar los impactos que generan en la sociedad.

¿En la búsqueda de financiación también influye?

Sí. Incluso cuando acuden a entidades en busca de financiación para sus proyectos se les demanda que, además de demostrar los resultados económicos, demuestren los valores sociales y medioambientales que creerán. Por lo tanto, la responsabilidad social empresarial es un concepto integrado en el lenguaje y la gestión de las empresas.

Actualmente, ¿la fidelidad de los consumidores está sujeta a la responsabilidad social empresarial?

Uno de los retornos que tiene la responsabilidad social para las empresas es a través de los consumidores. Diferentes estudios han demostrado que las empresas socialmente responsables y que generan confianza son premiadas con la fidelidad de los consumidores, como muestra de sintonía con los valores de la compañía. Entonces, los consumidores en su proceso de compra tienen en cuenta criterios –además de los económicos– sociales y medioambientales. La fidelidad repercute favorablemente porque genera una prolongación de las ventas a largo plazo que repercute en el beneficio de las empresas.

¿Las empresas de la provincia hacen los deberes?

Sí. Hace tiempo que están puestas en este tema y cada vez impulsan más acciones en esta dirección. También depende del sector de la empresa o del tamaño.

Explíquese.

La responsabilidad social empresarial no depende del tamaño de la empresa, sino de la filosofía y del modelo, es decir, se adapta a compañías pequeñas y grandes. Si bien, es más fácil conocer las acciones de las grandes empresas porque se esfuerzan más en comunicarlas, pero las empresas pequeñas realizan una responsabilidad social más implícita.

¿Cómo contribuyen las redes sociales a dar a conocer estas acciones?

Ofrecen una oportunidad muy buena para comunicar qué se está haciendo en materia de responsabilidad social empresarial y son una herramienta útil para empresas pequeñas que no disponen de tantos recursos. Cada red social va dirigida a un perfil de público diferente, Twitter, LinkedIn o Instagram, que bien segmentada puede ser muy interesante para transmitir estos valores sociales, lo que puede ayudar a darla a conocer y a ganar esta aceptación social y la fidelidad de los clientes.

¿Son imprescindibles?

Las nuevas tecnologías han alterado la forma en la que los consumidores buscamos información. Entonces, es necesario estar presente en las redes sociales porque ayudan a acercar la empresa a todos los grupos de interés. Las redes sociales son una tarjeta de presentación para las empresas, porque hoy en día también es la sociedad la que quiere saber qué hacen.

Las redes sociales son una tarjeta de presentación, porque hoy en día también es la sociedad la que quiere saber qué hacen
las empresas

En medio de la pandemia ¿la prioridad de las empresas es sobrevivir o crecer?

Dependerá de cada sector de actividad y del perfil de cada empresa. Hay sectores que se han visto más amenazados por la pandemia y que han visto como sus ventas bajaban y por ello deben reinventarse, y otras que en estos momentos han visto la oportunidad de crecer. A veces, deben pasar situaciones tan trágicas como la actual para que algunas empresas se planteen hacer las cosas de otra manera.

¿La figura del emprendedor social tendrá más éxito?

Los emprendedores sociales, a diferencia de los tradicionales, nacen con la idea de crear el máximo valor social posible. Intentan aportar soluciones innovadoras a problemas sociales que no están resueltos, es decir, intentan mejorar la vida de las personas resolviendo un problema. Entonces, en la situación actual podemos ver la figura del emprendedor social como parte de la solución, como una persona que tiene iniciativa y que busca el bienestar de la sociedad. Ojalá cada vez hubiera más emprendedores sociales.

Los emprendedores sociales, a diferencia de los tradicionales, nacen con la idea de crear el máximo valor social

¿Una nueva industria es posible?

Totalmente. Una nueva industria debe ser una realidad. Debemos ir hacia una nueva manera de ser empresa o industria, en la que realmente se tenga en cuenta, no únicamente la obtención de un beneficio económico, sino también la creación de valor social y medioambiental. Si continuamos produciendo como hasta ahora, y dañando el planeta, no habrá futuro. 

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