La restauración de Reus vislumbra un inicio de año 'flojo'

Algunos negocios mantienen, después de llegar la Covid, la opción de comida para llevar y la de entrega a domicilio

09 febrero 2022 19:41 | Actualizado a 11 febrero 2022 06:07
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La restauración reusense –la consultada para realizar este artículo– está «cansada» de la situación pandémica, de las nuevas variantes y de las restricciones, que van cambiando sin cesar. «Llevamos cargada la mochila de la Covid y después de estar mucho tiempo viéndolas venir, hemos observado que las temporadas de más trabajo, como diciembre, no las hemos trabajado aún como hubiéramos querido, estamos expectantes», expresa el presidente de la Associació d’Hostaleria de Reus (AEHR), Xavier Salvat.  

Una de las alternativas con las que varios establecimientos de la ciudad salieron adelante cuando las restricciones eran más severas y los restaurantes no podían abrir al público fue cocinar comida para llevar (take away) o entregarla a domicilio (delivery). Estas fueron medidas que se impulsaron por la emergencia sanitaria y, por lo general, ya no están vigentes en los negocios de la restauración, aunque hay excepciones. En este sentido y preguntado por si sabe si las tendencias del delivery y el take away se han mantenido, Salvat aporta que «depende mucho de la tipología del restaurante; en mi caso particular, en Cal Serret, solemos hacer menú, platos cocinados y comidos en el restaurante». 

Explica que, bajo su punto de vista y según los restauradores con los que ha ido relacionándose últimamente, no ha observado que sea «una tendencia que se haya mantenido», aunque hay casos puntuales, como decíamos, que sí. Es un ejemplo Víctor Perales, de Flaps Café, que corrobora que «nosotros continuamos entregando comida a domicilio, no con la misma asiduidad que con la llegada de la pandemia, pero sí que hemos visto que ha sido una tendencia que se ha consolidado en estos momentos y en nuestro caso». 

Recuerda que hubo un «aumento importante», pero que a pesar de que este «ha bajado,  mantenemos activo el servicio, porque aún nos funciona». «Antes podíamos hacer entre 40 y 50 pedidos de comida a domicilio a la semana y ahora estos mismos números, aproximadamente, son los que hacemos durante el mes», detalla. En el establecimiento de la calle de Pubill Oriol, añade, se muestran positivos con la «convivencia con la pandemia». «Intentamos encararlo con buena actitud. Somos conscientes de que los próximos meses seguiremos dependiendo de las restricciones, claro», acota. Por su parte, el encargado del restaurante Batticuore, Òscar Vallverdú, subraya que hubo «un auge» de estas alternativas de venta. «En nuestro caso, incluso, llegamos a destinar trabajadores que repartían los pedidos. También optamos por otras empresas de reparto y ahora lo mantenemos como una vía más en el negocio, porque hay clientes que piden comida a domicilio; esto lo llevamos a cabo a través de la empresa reusense Restaurant a Casa y supone una  alternativa para los clientes», sostiene.

Sobre cómo han empezado el año, Vallverdú, describe que «el inicio fue muy flojo, no había mucha gente que fuera de restaurantes y había poco trabajo». Aun así, matiza que «hace una semana hemos notado que, con el relajo de algunas restricciones, la gente empieza a salir, siempre en grupos reducidos y dependiendo de los lugares». Hay restaurantes, por otro lado, que ya conciben la comida para llevar y la entregada a domicilio como una oportunidad, incluso «una moda». Desde Roadhouse Express Reus, con John Liddle al frente, declaran que «si te esmeras en cómo envías la comida para llevar o a domicilio, puede ser una gran oportunidad de negocio, nosotros hemos estudiado todo esto, mirando que el packaging sea ecológico y respetuoso con la comida». 

Desde el establecimiento, se diferencian por sus «hamburguesas de calidad», cuya receta es propia, y todo el producto que cocinan es fresco incluido el pan y las patatas, que hacen de forma artesanal. A esto se le incluyen, también, frankfurts y pizzas. «Ofrecemos una experiencia totalmente americana en el restaurante, incluyendo ambientación y música. En Reus hace dos semanas que hemos abierto pero nuestro 25% de pedidos son delivery y esperamos que pronto se posicione en el 50%», manifiesta. Con restaurantes en Salou y en Tarragona, Liddle cuenta que tiene en cuenta varias realidades. «Podemos decir que el delivery se está convirtiendo en algo así como una tendencia al alza, según nuestra experiencia», completa. Junto al servicio en el establecimiento, cuentan con una plataforma de pedido propia (order.chatfood.io/roadhouse-express/delivery/roadhouse-express-reus). 

Por contrapartida, el propietario  de La Muela y Xivarri, Juan Diego Sánchez, dejó de hacer delivery y take away porque «no merecía la pena ya en el momento en que volvimos a estar abiertos al público; nosotros lo hicimos para adaptarnos a la situación, lo que convenía en ese momento», expresa. «Este pasado diciembre, además, ha sido desastroso, con una anulación del 95% de la reservas. Estamos muy cansados de las nuevas variantes y los repuntes. Parece que este enero y febrero el asunto vaya remontando, pero sigue siendo muy difícil», considera. 

Desde Tapes i Tapes, Roger Murtró, expone que «el delivery ya no lo mantenemos, sería imposible mantener el servicio en el restaurante y, paralelamente, los pedidos para llevar o a domicilio; si nos llega uno con antelación, y de manera puntual, podemos llegar a asumirlo, pero normalmente, no». 

Reto digital

Desde la empresa reusense de reparto a domicilio Restaurant a Casa ven que la tendencia de la comida a domicilio «va en aumento», según las cifras de pedidos que registran después de algo más de siete años de trayectoria. «Aunque además de la ciudad de Reus repartimos, también, en Tarragona, Cambrils, Vilafortuny, Salou, Vila-seca y La Pineda, nuestros números siempre han ido creciendo.

La tendencia de la comida para llevar tras la pandemia nos ha traído clientes nuevos y que, a día de hoy, mantenemos», constata el gerente de le empresa, Sergi Dosaiguas. Cifra un crecimiento respecto a la temporada preCovid de «un 40% y, después de las restricciones, hemos crecido el doble». Explica que en pleno confinamiento, en que «las calles estaban vacías y solamente veías a repartidores, fue una temporada en que subieron mucho los pedidos, es normal que hubiera un bajón después de levantar el confinamiento». 

Enfatiza que «no hay más remedio que convivir con la Covid, algo que requiere organización y más con una variante tan contagiosa como Ómicron; hemos tenido  bajas por positivos y tenido que seguir ofreciendo el mismo servicio». «Eso ha requerido mucho trabajo, bajas y contrataciones, una serie de variables con las que ahora hay que convivir». Pone de relieve, por otro lado, que «nos encontramos en un punto de crecimiento, nuestro reto ahora es digital, queremos apostar por ello», concluye. 

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