Prisión provisional comunicada y sin fianza. Es la decisión que finalmente ha tomado la magistrada del Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Tarragona sobre del hombre detenido el pasado sábado en Perafort por haber agredido, presuntamente, con un objeto punzante a su expareja. Después de que el sospechoso fuera ingresado por orden judicial en el Institut Pere Mata de Reus, finalmente volvió a los Juzgados y se decretó su ingreso en la cárcel ante el riesgo importante de reiteración delictiva.
Los hechos se produjeron el pasado sábado por la mañana. Todo habría comenzado cuando el acusado, en un momento de problemas psicológicos, obligó a su antigua pareja a subirse a un turismo Seat Leon, propiedad de él. Se dirigieron al municipio de Perafort. Él no habría aceptado la ruptura de la relación y le habría manifestado que «si no eres mía, no serás de nadie».
Después de dejar la carretera N-240, el turismo accedió a la TV-2231. A los pocos instantes, habría parado el coche y habría comenzado a agredir a la mujer con un bisturí en el cuello, mientras le decía que la iba a matar. Seguidamente, la agarró del pelo, la tiró al suelo y la siguió golpeando.
Y así siguió hasta que el conductor de otro coche –que se paró porque el Seat Leon estaba en medio de la calzada– paró la agresión e inmovilizó al individuo hasta la llegada de los Mossos d’Esquadra. El agresor también habría utilizado en su acción un pincho.
Mientras, la víctima tenía hemorragias, que fueron taponadas por otros testigos. Las lesiones estaban en la cavidad torácica y en la región cervical, «afectando estructuras anatómicas imprescindibles para la vida», señala la magistrada.
Por ello, añade, los hechos podrían ser constitutivos de un delito de tentativa de asesinato –las diligencias previas se habían abierto por un delito de homicidio en grado de tentativa–. Para la titular del Juzgado, está claro que hay indicios «suficientes» para decir que el acusado intentó acabar con la vida de su expareja.
Problemas psicológicos
Sobre sus problemas psicológicos, se señala que «no es descartable que genere un riesgo latente de reiteración delictiva», por lo que lo más aconsejable es su ingreso en prisión. Y más después del informe del Institut Pere Mata, que señalaba que «dicho centro no resulta adecuado para prestar asistencia al Sr. (...) al no disponer de las medidas de seguridad adecuadas».
Paralelamente, la magistrada ha adoptado una orden de protección para que el acusado no pueda comunicarse ni acercarse a menos de 500 metros de la víctima durante un año.
l Los investigadores creen que si no hubiera sido por la atención recibida por parte de los testigos la mujer podría haber muerto desangrada. Y ello lo ha tenido en cuenta también la magistrada al considerar los hechos como constitutivos de un presunto delito de tentativa de asesinato.