El trozo de metal, de una tonelada de peso, que salió disparado desde la empresa siniestrada entró en la tercera planta del bloque de Torreforta en oblicuo, después de realizar una órbita en parábola.
Una vez en el interior del piso y recorrer unos tres metros, siguió su trayectoria hacia la segunda planta, lo que provocó que se desprendiera el techo, que cayó encima del inquilino, causándole la muerte instantánea.
Así, el fragmento de metal que impactó en el piso de Torreforta recorrió 2.600 metros, desde el lugar de la explosión del reactor hasta la Plaça García Lorca de Torreforta.