Cinco sin techo que duermen en el pabellón del Serrallo han encontrado trabajo

Saldrán hacia Lleida donde participarán en la campaña de la cereza. Otras siete personas están en vías de conseguir una salida laboral en los próximos días

25 abril 2020 09:56 | Actualizado a 25 abril 2020 10:00
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De un día para otro puede cambiarte la vida. Esto es lo que le pasó a Reduán. Trabajaba en el sector de la hostelería, mientras estaba viviendo en un hotel, porque estaba en un proceso de separación, cuando de repente llegó el coronavirus. El restaurante tuvo que cerrar y se quedó sin un lugar en el que alojarse, ya que el Gobierno también obligó a clausurar todos los alojamientos turísticos. De forma, que de un día para otro se encontró picando la puerta del pabellón del Serrallo, donde Creu Roja Tarragona y el Ayuntamiento habilitaron un espacio para albergar a los sin techo, durante este periodo de estado de alerta.

Sin embargo, a partir del lunes Reduán y otras cuatro personas que están durmiendo en este espacio empezarán a trabajar. Lo harán en un pueblo de Lleida, donde una empresa les ha ofrecido un contrato hasta el mes de septiembre para participar en la campaña de la recogida de la fruta. De hecho, él ha sido el que ha abierto la puerta a sus compañeros. «Tenía un contacto al que llamé y nos ofrecieron esta posibilidad», explica.

Botas y comida

Una furgoneta de Creu Roja llegó ayer por la tarde cargada con algunas de las previsiones que les acompañarán. Esta entidad les proporciona la ropa, el calzado y comida para los primeros quince días, para que puedan sobrevivir hasta que cobren el primer salario. Asimismo, Serveis Socials del Ayuntamiento de Tarragona se hará cargo de los gastos del desplazamiento. 

«No tienen que preocuparse por la comida ni por dónde dormir. Así es que pueden dedicarse a encontrar un empleo» Marta Flores (Técnica de Creu Roja)

René es otra de las personas que le acompañarán. En su caso, trabaja cada año durante seis meses al campo. El resto lo pasa en Barcelona haciendo «pequeños trabajillos de pintura o lo que salga», aseguraba. Cuando llegó la Covid-19 se fue a Vilafranca, donde estuvo viviendo durante un tiempo en una pensión. Sin embargo, al final esta también cerró. «No sabía a donde ir y, al final, hace un mes llegué a Tarragona», añade. Asegura que en el albergue ha encontrado «buena comida, buen alojamiento y un apoyo».

Empezarán con la recogida de la cereza y seguirán encadenando campañas hasta dentro de cinco meses. «Les hemos dicho que si se reactiva el trabajo laboral y después quieren cambiar, como uno es cocinero, podríamos intentar de encontrar otro tipo de empleo», explica Marta Flores, técnica de Ocupació de Creu Roja Tarragona. Junto con otro profesional les ofrecen asesoramiento para intentar encontrar una salida laboral para las cincuenta personas que duermen en el albergue. «Han rellenado una documentación y hemos hablado de su formación, intereses y experiencia», manifiesta Flores.

Más de 45 años

A partir de ahí, se ponen en contacto con el departamento de ocupación de Creu Roja para ver si estos perfiles se ajustan a las demandas de empleo del tejido empresarial. En este caso, se ha conseguido que cinco personas de más de 45 años, que forman parte de uno de los colectivos más vulnerables en el momento de reincorporarse al mercado de trabajo, lo hayan conseguido. Y lo han hecho en un momento en el que buena parte de la actividad económica del país está paralizada.

Esta podría no ser la única buena noticia. Y es que esta semana Unió de Pagesos se ponía en contacto con esta organización y les solicitaba seis personas para que también puedan incorporarse a trabajar en el campo próximamente. Asimismo, está a punto de cerrarse la incorporación de otra persona, que también tiene experiencia en la cocina, en un geriátrico. «Mejor oportunidad que la de ahora no la tendrán. No tienen que preocuparse por la comida ni por donde dormir. Aquí lo tienen todo. Así es que pueden dedicarse a encontrar un empleo», añade Marta Flores.

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