El nuevo Pla Budellera incorporará el 80% de las alegaciones vecinales

El Consistorio insta a la Junta de Compensació a que integre más las zonas verdes, que elimine el aparcamiento de la Platja Llarga y que evite el colapso circulatorio de los barrios cercanos

19 mayo 2017 15:53 | Actualizado a 21 mayo 2017 14:20
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El Ayuntamiento de Tarragona ha pedido a los propietarios de la Budellera que el nuevo plan parcial de la zona de Llevant, cuya anterior tramitación fue suspendida la pasada semana, incorpore el 80% de las alegaciones que han presentado las entidades vecinales. Así lo asegura la portavoz del equipo de gobierno, Begoña Floria (PSC), quien remarca que el ejecutivo municipal ya ha mantenido dos reuniones con los representantes de la Junta de Compensació Provisional. En estos encuentros, la edil socialista ha solicitado a los 172 titulares de los terrenos que incluyan en el nuevo diseño la mayor parte de los peticiones presentadas por parte de la Federació de Veïns de Llevant y de las asociaciones de residentes de Cala Romana, Solimar, Vall de l’Arrabassada, Boscos y La Savinosa.

El pasado jueves el Consistorio envió una carta a las entidades notificándoles que la administración ha reiniciado el proceso de elaboración del plan parcial de la Budellera, muy criticado por parte de los vecinos y que cuenta con la oposición de Ciutadans, ERC y la CUP. Asimismo, una vez analizadas las 37 alegaciones presentadas, el equipo de gobierno (PSC, PP y Unió) considera que las peticiones de las entidades de residentes se ajustan a las prescripciones indicadas por parte de la Generalitat de Catalunya y del Gobierno Central y, por esto, solicita a los propietarios que las incorporen en el nuevo documento, que deberá estar listo antes de verano.


‘Crecimiento paulatino’
Entre las consideraciones que el Consistorio exige a los propietarios está el hecho de que la ejecución del plan parcial, que está previsto que cuente con un total de 4.200 viviendas para dar cabida a unas 10.000 personas, se lleve a cabo por fases, tal y como también pide el Govern. «Nos da igual que sea por fases o por polígonos, pero el crecimiento de la zona debe ser paulatino», afirma Floria. Fuentes de los propietarios consideran que, como máximo, el desarrollo podría ser en dos fases.

Otra de las cuestiones a cambiar es la movilidad. «Lo que piden la Arrabassada y Cala Romana es que no se colapsen sus barrios. Y lo vemos bien», señala la representante municipal. También se pide a los propietarios que mejoren el enlace con la autovía A7, que la Comissió Territorial d’Urbanisme también consideró como insuficiente. Asimismo, desaparece el aparcamiento previsto en la Platja Llarga para 500 vehículos. Ese terreno será considerado como zona verde.


Desarrollo junto al Nàstic
Otro de los cambios urbanísticos que se introducen es que la ejecución del Pla de Millora Urbana del entorno del Gimnàstic se avanza al primer sexegenio del POUM (antes de 2019) para que mejore su conexión con la Budellera, cuya urbanización también está prevista para los seis primeros años de ejecución del Plan General. También se indica que las zonas verdes queden integradas en todo el barrio y que las alturas de los edificios «no sean pantallas visuales».

Otras de las alegaciones que el Ayuntamiento ve con buenos ojos es que el concejal de Urbanisme, Josep Maria Milà (PSC), no participe de ninguna votación. Milà trabajó en el pasado con el presidente de la Junta de Compensació, José Luis García. Asimismo, también se ampliará el periodo de alegaciones (cuando se presente el nuevo plan) y se construirá una nueva maqueta sobre el proyecto.

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