Juzgado por agredir sexualmente de forma continuada a una limpiadora en TGN

El acusado ha alegado pérdidas de memoria por consumo de drogas

21 marzo 2022 13:12 | Actualizado a 21 marzo 2022 16:03
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La Audiencia de Tarragona ha juzgado este lunes a un hombre por un delito continuado de agresión sexual. Los hechos se remontan al 29 de agosto del 2020.

El acusado, con antecedentes por hechos similares, agredió sexualmente a una mujer de la limpieza en la zona de los contadores dentro de un portal de Tarragona.

La víctima ha declarado a puerta cerrada mientras el acusado ha alegado pérdidas de memoria por consumo de drogas. También han atestiguado policías que la atendieron después de la agresión.

Han coincidido que la cuidadosa descripción que facilitó la víctima sobre el agresor, armado con una navaja, fue clave para identificarlo y detenerlo al poco de los hechos.

Fiscalía y acusación particular piden una pena de 15 años de prisión. El caso queda visto para sentencia.

La fiscalía sostiene que el acusado entró detrás de la víctima al portal, situado en la calle Felip Pedrell, donde ella iba a limpiar a primera hora de la mañana, que la acorraló en el ascensor, la amenazó poniéndole una navaja en el cuello, y la obligó a hacerle felaciones y la violó en un pasillo interno y dentro de un cuartito de la limpieza. El hombre le quitó el teléfono móvil y lo dejó a la puerta de entrada para que no pudiera avisar a nadie y él tener margen de tiempo para huir.

No recordaba "casi nada"

El acusado, pero, ha afirmado no recordar "casi nada" y que lo primero que recuerda de aquel día es cuando ya estaba en el hospital, acompañado de los Mossos d'Esquadra. Según la versión del procesado, que ha hecho una breve declaración y solo ha respondido a preguntas de su abogada, ha asegurado que sufre episodios de falta de memoria y "lagunas" a causa del consumo "habitual", prácticamente "diario", de cocaína y cannabis, al cual se introdujo en los 12 años.

En el juicio han declarado agentes policiales y han corroborado que la detallada descripción aportada por la víctima facilitó la detención unas tres horas después de los hechos. Según han dicho, coincidían todos los "indicios": iba armado con una navaja con un mango rojo, vestido con una sudadera gris con capucha y desprendía un fuerte mal olor a tabaco. También se escondió un anillo en un bolsillo en el momento de cometer las supuestas agresiones.

Indiferencia al ser detenido

Los agentes también han manifestado que el acusado no se resistió en el momento de ser detenido, que se mostraba "indiferente" y nada sorprendido por su detención. "No hablaba mucho", ha afirmado un policía. En el juicio, médicos forenses han certificado la presencia de restos de ADN del acusado en los pechos de la víctima, pero ni en boca ni en vagina -la víctima fue sometida por el agresor a varias felaciones y también a penetraciones vaginales, al final sin llegar a eyacular.

En las periciales médicas también se ha puesto de manifiesto que el acusado no sufría ninguna alteración de las capacidades volitivas y cognitivas en el momento de cometer los hechos y que, si bien había consumido cocaína y cannabis por aquellos días, no tenía alterada la toma de decisiones y sabía discernir entre el bien y el mal. El informe recoge que el procesado presenta trastornos del control de impulsos e inespecífico de personalidad, pero que tampoco alteraría su conducta.

Fiscalía y acusación particular consideran la reincidencia del acusado, que se encuentra en prisión preventiva, como una agravante y piden una pena de 15 años de prisión y una indemnización de 20.000 euros por daños morales. La defensa, que solicita la absolución, argumenta que no haya testigos, que no se haya encontrado ADN del procesado en ninguna parte íntima de la víctima, y que esta, a pesar de ser tan descriptiva, pasara por alto que el acusado tiene todo el cuerpo tatuado -60 tatuajes.

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