La caída en la recaudación de la tasa turística puede alcanzar el 70 por ciento en Tarragona

Hoteles y cámpings han solicitado a la Generalitat la exención de un impuesto que en un 50% perciben los Ayuntamientos. Los efectos los empezarán a notar el año que viene

11 agosto 2020 18:40 | Actualizado a 12 agosto 2020 06:59
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Cuando en un año normal los hoteles y campings estarían a estas alturas con el cartel de plena ocupación, la temporada turística se ha dado por perdida. Julio arrancó con cierto optimismo. Pese a ello, la aparición de rebrotes y la cuarentena decretada por algunos países europeos truncaron las expectativas de un sector que ahora mismo permanece en la UCI.

Más allá de las consecuencias económicas inmediatas sobre estos negocios, el descenso en esta actividad tendrá una incidencia directa sobre la recaudación de la tasa turística. La Direcció General de Turisme de la Generalitat, calcula que el descenso de las pernoctaciones para este ejercicio será de entre un 58 y un 69%, lo que se traducirá en una caída similar en cuanto a la recaudación de este impuesto. Una cifra que el presidente de la Associació d’Hotels de Tarragona Ciutat, Xavier Jornet, estima que incluso podría ser superior. «La mayoría de los hoteles hemos estado entre tres y cuatro meses cerrados y ahora, los que están abiertos tienen una ocupación del 25%, por lo que la recaudación será mínima», apunta. En el caso de Tarragona ciudad, todos los establecimientos hoteleros han abierto, excepto el AC, que previendo la difícil situación permanece cerrado.

La tasa turística la recauda la Generalitat a partir de los datos aportados por el sector. A partir de ahí, la administración catalana se queda con el 50% para la promoción turística y el otro 50% lo transfiere a los ayuntamientos. En el caso de Tarragona, esta suma pasa directamente a manos del Patronat Municipal de Turisme, que se encarga de su gestión. En los últimos años, se habían batido todos los récords en cuando a la llegada de turistas a la ciudad. 2018 alcanzó la cifra de 858.027 pernoctaciones tan solo en el periodo desde el 1 de junio al 30 de septiembre, un dato que el año pasado cayó un 5,7%, dejando la cifra total en 808.932. Esto había supuesto un colchón adicional que ha permitido incrementar las acciones promocionales. Y, de hecho, en estos momentos la administración local está recogiendo sus frutos.

Las liquidaciones se hacen de forma semestral y van de abril a septiembre y de octubre a marzo. Así que las consecuencias de la situación actual sobre las cuentas del Patronat de Turisme de Tarragona no se percibirán hasta el año que viene.

La prórroga

Según informa el Ayuntamiento de Tarragona, en lo que va de año se ha ingresado la cantidad de 213.000 euros correspondientes al segundo y tercer trimestre del año pasado. En el mes de junio estaba previo que se abonara la cantidad correspondiente al último trimestre de 2019 y primer de 2020, aunque quedó pendiente, ya que la Generalitat concedió una prórroga al sector.

Pese a ello, desde la Confederació Empresarial d’Hostaleria i Restauració de Catalunya (CONFECAT) se ha solicitado una exención en este tributo, que de momento no ha obtenido una respuesta satisfactoria por parte de la administración de la Generalitat. De hecho, el Govern tenía previsto un incremento de esta tasa. Así estaba contemplado en los presupuestos de 2020, los cuales preveían que las nuevas tarifas empezarían a aplicarse a partir del 1 de julio. Finalmente, el Ejecutivo decidió conceder al sector un «balón de oxígeno» y se acordó que la subida no tendrá lugar hasta el 1 de enero del año que viene.

«No son muy conscientes de lo que está pasando, porque ahora mismo lo primero que debería importarles es que los negocios puedan sobrevivir», afirma Jornet. El sector está preocupado de cara a los próximos meses. Con el verano perdido, no hay muchas expectativas de que el invierno pueda ser mejor. «Para muchos negocios julio y agosto es cuando sacan los beneficios para el resto del año y ya en julio hubo pérdidas», lamenta el presidente de la Associació d’Hotels de Tarragona. Durante las primeras semanas, la ocupación alcanzó el 50% en la ciudad, un porcentaje que se quedó a la mitad a medida que aparecieron los primeros brotes. «Turismo extranjero prácticamente no lo hay. Con la cuarentena desaparecieron todos y ahora tan solo queda algún francés perdido», añade Jornet. El turista nacional, de momento, es el que está «salvando» una temporada en el que el gasto por persona también está experimentando un fuerte descenso.

El sector es consciente de que el dinero que se recauda con la tasa turística ha mejorado la promoción y, por tanto, está se verá reducida. «Es el pez que se muerde la cola, porque tampoco no sabemos qué pasará de cara al próximo verano», concluye Jornet.

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