Hay una soledad en el hogar no impuesta, sino elegida, que también está en auge y se encuentra detrás del incremento de las casas donde habita una sola persona. Son los solitarios por elección, aunque sea temporal, y constituyen una realidad totalmente distinta a la de los divorciados y jubilados. En algunos casos vivir solo se ha convertido en una señal de distinción y cierto éxito social del que puede lograr la independencia y ser solvente.
Ese rol, relativamente nuevo, está relacionado incluso con valores de la posmodernidad como la libertad, el control personal y la realización. Se trata de un perfil vinculado a los ‘singles’ y también relacionado con la libertad femenina. Así lo define Àngel Belzunegui, sociólogo y profesor en la URV:«El perfil es el de personas con un nivel de estudios elevado. Es un modo de vida muy urbano, que tiene que ver con pisos pequeños e incluso con la concentración de gente joven que vive sola en barrios que tradicionalmente han estado degradados, como es el caso de los cascos viejos. En el caso de las mujeres, este fenómeno se da porque quieren más libertad, quieren ser protagonistas de su vida. Vivir solas durante un tiempo les permite controlar eso», añade Belzunegui. En Tarragona, la Part Alta es un ejemplo de enclave que genera cierta atracción a esas personas.
Atrás quedan los esquemas en los que una persona de mediana edad que vivía sola se asociaba a que no había conseguido formar una familia y experimentaba una situación de cierto fracaso o frustración vital. «Ahora es una opción personal y en ella las mujeres han irrumpido con mucha más fuerza que los hombres. Tienen mucho más a ganar. Es una independencia temporal que tiene mucho de conquista social», agrega Belzunegui. Aunque parezca paradójico, esa soledad doméstica suele ir acompañada de intensas relaciones sociales.
En parte, el modelo diversifica el concepto de familia, ahora mucho más heterogéneo y variado que antes, aunque sólo en parte y con matices. «Es una nueva forma de vida que suele ser un periodo de transición hacia la formación de una familia.No quiere decir que toda la vida vayan a estar solos ni que tengan un proyecto de soltería. Muchos de ellos acaban formando parejas de hecho», desgrana Belzunegui.