La investigación sobre los lazos amarillos en la muralla de Tarragona, archivada

El fiscal ha determinado que su colocación no influyó en la caída de trozos de piedras del monumento romano, patrimonio mundial

28 febrero 2020 20:00 | Actualizado a 02 marzo 2020 13:48
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La caída de piedras de la muralla romana de Tarragona –ocurrido entre mediados de 2018 y el año pasado– y la colocación de lazos amarillos no tienen una relación directa. Es la conclusión a la que llegó la Guardia Civil a raíz de la investigación abierta por la Fiscalía de Tarragona. Ante ello, el Ministerio Público ha archivado el caso.

A raíz de las diferentes noticias aparecidas en el Diari de Tarragona sobre desprendimientos en el monumento, patrimonio mundial, la Sección de Medio Ambiente de la Fiscalía de Tarragona abrió unas diligencias de investigación por su podía tener alguna relación con la tela metálica con lazos amarillos colocada en la zona del Portal del Roser.

La investigación fue encargada al Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil que, en primer lugar, analizó el material publicado por el Diari. También se pidió los informes a la Guàrdia Urbana y a Bombers de la Generalitat sobre sus actuaciones por estos desprendimientos.

Respecto a la presencia en el suelo de una piedra –de escasas dimensiones– a la altura del Portal del Roser la madrugada del 9 de enero de 2019, no hay constancia de que la misma procediera de la muralla.

Los agentes, en base a las conversaciones mantenidas con responsables en conservación del patrimonio, aseguran que los desprendimientos de partes de la muralla romana son frecuentes. Y ello se debe, principalmente, a su antigüedad, al deterioramiento por los factores atmosféricos, como la contaminación y la erosión por su proximidad al mar, y también por una falta de conservación.

El documento cita algunas fechas en los que hubo desprendimientos: 9 de agosto y 9 de noviembre de 2018, y 14 de enero y 8 de febrero de 2019. En el del 9 de noviembre, los Bombers de la Generalitat sanearon las partes con riesgo de caída inminente y afectación a los peatones y a la vía pública. Asimismo, se solicitó la presencia del arquitecto municipal. Entre este y los bomberos confirmaron el estado «muy precario» de unos 200 metros de fachada, donde sería necesario realizar actuaciones urgentes. Ante ello, la Guàrdia Urbana balizó la zona con vallas de protección.

Informe técnico

Sobre el desprendimiento de una piedra en el Portal de Sant Antoni, los técnicos lo describieron así: «Se observa que donde se ha producido el desprendimiento el paramento presenta desgaste del mortero de revestimiento y de las juntas y llagas. La situación se ha ido agravando progresivamente y es debida a la acción de las humedades, posiblemente de la lluvia, que se filtra por las juntas, degradando el mortero. Y al estar cerca del mar se va erosionando lenta pero progresivamente, de tal manera que ha vaciado en una zona de un metro cuadrado todo el mortero de las juntas, hasta que ha hecho caer una piedra».

La conclusión de los investigadores es que la aparición de una piedra desprendida en el Portal del Roser y la colocación o retirada de los plásticos amarillos no parecen tener, a priori, ninguna relación, y se podría decir que son hechos «inconexos».

En el atestado policial se incluyen también informes del Àrea de Patrimoni Històric del Ayuntamiento y del arquitecto municipal sobre cada uno de los desprendimientos así como del coste económico previsto para sanear la zona.

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