Las cinco plazas de Tarragona no aptas en los días de intenso calor

Las fuentes, la vegetación y el tipo de asfalto son claves para combatir las altas temperaturas en un contexto de cambio climático en el que el urbanismo empieza a prescindir del cemento

16 julio 2023 18:41 | Actualizado a 17 julio 2023 07:00
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Partiendo de la base de que cuando el termómetro supera los 40ºC, el asfalto puede pasar la barrera de los 60ºC, hay plazas que estos días son auténticos hornos. El pavimento mantiene un papel protagonista en el espacio público y, aunque los nuevos parques y reformas urbanísticas ya se plantean pensando en que en un futuro se conviertan en refugios climáticos, hay zonas que es mejor evitar en las horas punta de calor.

En el barrio de Sant Pere i Sant Pau la plaza de la Quinta Promoció es un ejemplo de ello. A su estado de degradación hay que sumarle la ausencia de cualquier tipo de sombra o de una fuente. Nada invita a sentarse en este espacio. De hecho, tampoco hay bancos ni elementos de juego, por lo que durante la mayor parte del día tan solo es una simple zona de paso, que en las horas de más calor sus vecinos intentan evitar.

Que hasta hace poco el espacio fuera de la comunidad de vecinos no ha facilitado que se acometiera la esperada y necesaria reforma, que, sin lugar a dudas, deberá generar un entorno más amable para sus vecinos, con las limitaciones que supone el hecho de tener un parking soterrado.

«Aunque la mayoría de ciudades están más preparadas de lo que nos pensamos, todavía hay mucho trabajo por hacer», afirma el presidente del Col·legi d’Arquitectes de Catalunya en Tarragona, Jordi Romera. Este defiende que «las ciudades deben pensarse como refugios climáticos, acompañados de espacios con sombra, suelos que drenen y puntos de agua que permitan refrigerarse».

«Igual que las viviendas deben estar aisladas, las calles también deben generar sombras». Jordi Romera. COAC

Romera argumenta que «igual que las nuevas viviendas ya nadie pone en duda que deben estar aisladas, las calles también deben ser pensadas con espacios que generen sombras». Pero no siempre es así.

En el barrio de Campclar, en el extremo más próximo a la N-340, hay una gran zona verde con un parque infantil que la mayor parte del día está desierto. Hay algunos árboles en el perímetro y una pérgola de hormigón, además de una superficie asfaltada como una cancha de baloncesto que no está equipada.

«Está todo muy pelado. Hemos venido a buscar la sombra porque es imposible estar allí», afirma Carmen, que junto a su marido Francisco han salido a buscar el fresco en uno de los bancos de la Rambla. Estos días no encuentran donde resguardarse del calor, aunque en seguida la conversación deriva hacia la suciedad. «Parece que no paguemos impuestos», lamentan.

Las nubes de primera hora de la mañana hacen que algunas familias hayan decidido salir de casa e ir al parque Josep Maria Salvador Urpí. «Venimos todos los días porque nos queda cerca del colegio, pero en verano si bajamos es a partir de las 7 de la tarde sino ya no venimos, porque no hay ninguna sombra», dice Meritxell Pont.

Esta critica a la falta de mantenimiento en general la comparte con otra de las madres, Chon Frisach. «Está todo muy dejado y no sé a quien se le ocurre hacer un parque sin árboles. Hoy porque está nublado, sino no bajamos hasta la tarde. El único que está medianamente preparado es el parque de Ixart, en los otros no puede estarse», argumenta.

Las avenidas de plataneros, los pinares y los porches formaron parte del paisaje urbano de muchas de nuestras ciudades. Ahora se están recuperando igual que los suelos drenados, los toldos en los parques infantiles y la plantación de especies autóctonas para reducir el riego en los jardines. Son tan solo algunos de los elementos que las ciudades del presente deberán tener en consideración para hacer frente al contexto de emergencia climática.

La gran asignatura pendiente en el centro de la ciudad es la plaza Corsini. Cuando se hizo la reforma no se pensó en cómo mitigar las altas temperaturas, por lo que esta gran superficie de baldosa desprende un calor abrasador cuando sube el termómetro. El intento de instalar una pérgola fracasó, por lo que el Ayuntamiento deberá estudiar una alternativa para hacer frente a las olas de calor como la que se prevé de cara a los próximos días. Y es que, si Corsini todavía tiene un dinamismo gracias al mercado y a los negocios del entorno, hay plazas como la de La Pedrera –encima del Palau de Congressos– que son muy poco concurridas a pesar del déficit de zonas de juego en el centro y de su potencial.

«Está todo muy pelado. Hemos venido a buscar la sombra porque es imposible estar allí». Carmen. Vecina de Campclar

Romeva pone como ejemplo la reforma que quiere impulsarse en el Parc del Port como modelo de lo que deberían ser las ciudades del futuro. «Es un proyecto que explica muy bien lo que debe ser el espacio público, sacando coches, generando espacios verdes y refugios climáticos y aprovechando los recursos hídricos». En esta parte de la ciudad el asfalto será sustituido por una gran zona verde, de unos 8.000 metros cuadrados de superficie, que busca dinamizar el entorno de las sedes institucional y administrativa, así como el flujo de viandantes entre el Moll de Costa y el Port Esportiu.

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