Más de 20.000 tarraconenses que viven fuera de España, llamados a las urnas

Este jueves finaliza el plazo de voto desde el extranjero en las primeras generales tras la supresión del voto rogado, vigente desde 2011. La reforma presupone un aumento de la participación

19 julio 2023 16:21 | Actualizado a 20 julio 2023 07:00
Se lee en minutos
Para guardar el artículo tienes que navegar logueado/a. Puedes iniciar sesión en este enlace.
Comparte en:

Todos los electores tarraconenses que estén residiendo fuera de España, que actualmente son 21.576, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), ya han tenido la opción de votar. Desde el pasado sábado, día 15, las embajadas, consulados y otros centros habilitados en el extranjero han estado abiertos para que los ciudadanos españoles pudieran ejercer su derecho a voto sin necesidad de solicitar con antelación dicha opción, puesto que estos son los primeros comicios generales desde la derogación del voto rogado, vigente entre el año 2011 –cuando se aprobó bajo el mandato del presidente José Luis Rodríguez Zapatero (PSOE)– y el 2022.

Un total de 2.238.261 ciudadanos de toda España residentes fuera del país pueden, hasta hoy, depositar su voto. En el caso de los electores catalanes, son 281.551 los que han estado llamados a las urnas a lo largo de estos días. Los inscritos en el Censo de Españoles Residentes Ausentes (CERA) han podido también votar por correo. El último día para enviar el voto por correspondencia a los consulados fue el pasado martes. Según las estadísticas que maneja el INE, 55 tarraconenses que viven en el extranjero han solicitado la opción de votar por correo, una alternativa demandada por 785 catalanes y 7.137 españoles. En las anteriores elecciones generales, fueron 170 las solicitudes que se recibieron de personas de la demarcación.

El dato de electores empadronados en municipios de Tarragona, pero residentes fuera del país, ha ido incrementándose con los años. Si bien para las generales de la reelección de José María Aznar (PP) en el año 2000, 6.721 tarraconenses vivían en el extranjero, para las elecciones que dieron la primera victoria a Zapatero, en 2004, ya eran 7.918. Progresivamente, este tipo de electores fue creciendo, siendo 8.555 en 2008, 10.698 en 2011, 14.828 en 2015, 15.399 en 2016, 17.095 en las autonómicas de 2017, 18.177 en las primeras generales de 2019, 18.248 en las europeas del mismo año, 18.596 en las segundas generales –las últimas que se han celebrado– y 19.411 en las últimas autonómicas de 2021.

Pese al incremento del censo, las solicitudes siempre han rondado los mismos números y han ido fluctuando en función de las convocatorias. Desde que se puso en marcha el voto rogado –antes no tenía que solicitarse– la evolución no ha seguido ningún patrón. En las generales de 2011, las primeras con la reforma electoral en funcionamiento, se produjeron algo más de 1.000 solicitudes.

En 2015 y 2016, el dato fue aumentando –con 1.748 y 1.897 respectivamente–, y, en 2017, en el marco de las elecciones al Parlament que sucedieron a la DUI y al 155 –los comicios catalanes con más participación de la historia–, las solicitudes marcaron su récord: 3.442. Posteriormente, las estadísticas han ido cayendo. Cabe recordar que las solicitudes no garantizaban que las personas que las pidieran acabaran votando. En las últimas generales, por ejemplo, de las 2.969 peticiones que se realizaron, solo 1.991 personas –un 67%– acabaron ejerciendo su derecho.

El voto rogado se puso en marcha a causa de los fraudes que se daban con el censo electoral

El voto rogado no ha estado exento de polémica desde su implantación. Entró en vigor cuando PSOE y PP, con el apoyo del PNV y CiU, reformaron la dinámica de voto de los residentes en el extranjero. ¿Por qué? Por los fraudes que se daban con el censo electoral: aparecían electores fallecidos o problemas con los datos de los domicilios.

Con la reforma, cada vez que se acercaban unos comicios generales, el tedioso proceso que había que afrontar para conseguir votar desesperaba a muchos ciudadanos y ciudadanas. No obstante, la derogación del voto rogado no ha impedido el debate en las redes sociales: «¿No implica demasiados trámites votar desde el extranjero? Al menos la primera vez. En Bruselas, la gran mayoría de mi entorno no ha votado porque ni siquiera están inscritos como residentes o temporales en el consulado», exponía la periodista Paula Soler en su cuenta de Twitter. «La documentación había que pedirla en persona y, para muchos de ellos, fue imposible acudir en horario laboral (que es cuando abre el consulado); además, registrarse como residente (temporal, en mi caso) también implicó acudir al consulado a llevar todo el papeleo, y tardaron un mes», añadía.

Para poder estar en disposición de votar desde el extranjero, la persona debe estar inscrita en el Registro de Matrícula Consular, así como en el CERA. En las últimas semanas, las delegaciones provinciales de la Oficina del Censo Electoral han remitido a los domicilios de los 21.576 tarraconenses residentes fuera de España las papeletas para que seleccionen sus votos tanto para el Congreso de los Diputados como para el Senado. Unas papeletas que también han podido descargarse a través de internet.

Resta por ver cuántas personas de las que se encuentran en fuera del país y han sido llamadas a las urnas han respondido en forma de voto. Se espera que la participación en estos comicios sea alta. Según la consultora GAD3, habrá un récord a las 14.00 horas, ya que muchas personas aprovecharán para votar a lo largo de la mañana. Habrá que ver si el dato final supera el 70% –como ha pasado en ocho de los quince comicios generales celebrados en la etapa democrática– o si, por contra, se queda cerca.

Comentarios
Multimedia Diari