Los quirófanos del Hospital Joan XXIII ya se han puesto en marcha para reanudar las operaciones que quedaron aplazadas a la llegada del coronavirus. La nueva normalidad parece asomarse en los hospitales tarraconenses, después de que los contagios en la demarcación se hayan reducido considerablemente. Las unidades de cuidados intensivos habilitados para la pandemia respiran un poco tras un mes y medio a todo gas. Prueba de ello es que, actualmente, solo son dos las UCI que atienden a pacientes críticos víctimas del Covid-19. Cada vez hay más quirófanos abiertos, y menos UCI en marcha. Pese a la mejora de la situación, el personal sanitario todavía no se atreve a cantar victoria. Les preocupa la posibilidad de un rebrote, a causa del desconfinamiento parcial de los últimos días.
Tal como anunció el gerente de la Regió Sanitària del Camp de Tarragona, Ramon Descarrega, hace una semana al Diari, el lunes se activó la actividad en los quirófanos de la mayoría de los hospitales tarraconenses. Durante los casi dos meses que ha durado la pandemia, las únicas operaciones que no se han anulado han sido las de carácter oncológico y las urgentes, como son las de un paciente que ha tenido un accidente de tráfico. El resto de intervenciones programadas fueron suspendidas a la espera de liberar espacios y recursos en los centros.
En el caso del Hospital Joan XXIII, la zona de reanimación de los quirófanos no estaba funcional porque se había transformado en UCI. En ella se atendían a los pacientes críticos no infectados por el coronavirus. En situación normal, estos enfermos deberían haber ingresado en la UCI convencional, la que, hasta ahora, estaba ocupada en su totalidad por Covid-19. La semana pasada, la zona de quirófanos quedó prácticamente libre para poder empezar con las operaciones atrasadas antes del 15 de marzo.
De los seis quirófanos del Joan XXIII funcionan de momento cinco para operaciones programadas. El que queda libre está reservado para posibles urgencias no previstas.
Solo quedan dos UCI de Covid
El sistema sanitario catalán se avanzó a la pandemia y habilitó espacios en los hospitales para atender al gran número de infectados graves por el coronavirus. De esta manera, se triplicaron las camas de UCI en la mayoría de centros sanitarios. Ahora, la desescalada también se nota en estos equipamiento. En el caso del Joan XIII, la UCI de siempre, la unidad de intermedios y el Hospital de Dia han acogido los pacientes críticos de Covid-19. A parte de estas, se habilitaron dos UCI más para aquellos enfermos con patologías más comunes.
Esto ha sido así hasta a finales de la semana pasada, cuando el número de UCI destinado a Covid-19 se reducía a dos, dejando libre la UCI normal. Además, fuentes cercanas al Hospital Joan XXIII aseguran que no están todos los boxes llenos, lo que implica que el personal haya visto reducida la presión asistencial. Cabe recordar que trabajan 12 horas seguidas con equipos de protección completos, poco cómodos.
Que cierren las UCI significa que los profesionales deben ser reubicados en otros puntos del centro sanitario. La mayoría están de retén, es decir, son mandados por los supervisores donde hacen falta. Los trabajadores explican que al llegar al puesto de trabajo, les dicen su nueva ubicación. Por el momento, los estudiantes llamados para ayudar, siguen en el hospital.
La situación de vuelta a la nueva normalidad es muy parecida en el Hospital de Santa Tecla. En este caso, se amplió la UCI a la llegada de la pandemia, con cinco boxes más ubicados en el área de Urgencias. Hace dos semanas, estas camas se cerraron y actualmente hay tres pacientes críticos de coronavirus en la UCI.
El personal sanitario confirma que la presión asistencial en las unidades de cuidados intensivos ha disminuido en los últimos días. Pese a ello, se muestran prudentes y alertan de la posibilidad de un rebrote.
