Una oportunidad para coser los barrios de Tarragona

Análisis. La marcha de la empresa CLH es un paso clave para que Ponent y el centro empiecen a mirarse cara a cara

20 agosto 2022 19:47 | Actualizado a 21 agosto 2022 07:00
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Abordar la cohesión de ciudad es uno de los grandes retos del futuro Pla d’Ordenació Urbanística Municipal (POUM) de Tarragona que se está redactando. Compactar los distintos núcleos de población es una asignatura pendiente y este coge especial énfasis cuando hablamos sobre la ‘trinchera’ existente entre el centro propiamente dicho y los barrios de Ponent, donde la barrera va más allá del urbanismo.

El modelo de ciudad actual ha propiciado poco esta relación. El hecho de que algunos tramos de carreteras aún sean de titularidad Estatal, no ha permitido que haya un carril bici en condiciones o calles con aceras que permitan ir caminando de un lado al otro del Francolí. Y esto, lamentablemente hace que la gente que hace este desplazamiento, que es mucha, tenga que arriesgarse cruzando por descampados, embarrándose en los días de lluvia.

El río es la línea divisoria y desde siempre Tarragona ha vivido de espaldas al Francolí, que es territorio hostil. Por este motivo, el futuro POUM representa una oportunidad para empezar a ordenar todo este entorno y establecer unas prioridades claras.

El traslado de los depósitos de la Compañía de Logística de Hidrocarburos (CLH) tan solo es una de las piezas en el puzzle a encajar. El POUM de 2013 ya contemplaba este cambio de ubicación, que se financiaba con la construcción de 700 viviendas en los terrenos que dejaba libres la empresa. Esto debía servir para dignificar la fachada fluvial en este tramo final del río y construir un nuevo puente. Esta infraestructura la sufragaba la compañía, lo que hizo que al final un juez considerase que había un exceso de cargas, ya que los gastos superaban el valor del traslado.

Esto obligó a volver a la casilla de partida con la redacción de un nuevo POUM. Sin embargo, Tarragona debe insistir al respecto y pensar en qué quiere hacer en todo este entorno en su conjunto. ¿Qué haremos con la N-340 ‘a’ y ‘b’ cuando el Estado traspase su titularidad y puedan convertirse definitivamente en calles con sus pasos de peatones y sus aceras? ¿Y con el complejo industrial de Tabacalera? ¿Qué pasará con la Horta Gran y con la salida definitiva de las mercancías desde el Port de Tarragona? ¿Por dónde pasará el futuro tranvía, que tiene que enlazar la Imperial Tarraco con la futura estación de Vila-seca? El nuevo POUM deberá abordar todas estas cuestiones y no será nada fácil, porque entre los estudios de inundabilidad y las limitaciones por riesgo químico, habrá poca tela que cortar. Así es que el reto es enorme.

¿Qué pasará con la Horta Gran y con la salida definitiva de las mercancías desde el Port de Tarragona? ¿Por dónde pasará el tranvía que enlazará con la estación de Vila-seca?
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