Alimentos, de la mesa al laboratorio químico

Más de sesenta niños y niñas de edades comprendidas entre los cinco y los siete años participaron ayer en el taller ‘Química en família: La química dels aliments!’ organizado por el Institut Català d’Investigació Química (ICIQ), en el marco de la Setmana de la Ciència, una actividad coordinada por Laia Pellejà.

Los aprendices de químicos llevaron a cabo seis experimentos que después podrán repetir en casa, «a excepción de uno» en el que interviene permanganato, un compuesto de manganeso que no se puede comprar. 

Arenas movedizas
Los pequeños se divirtieron, al mismo tiempo que se sorprendían con las reacciones. A la entrada al taller recibieron unas gafas protectoras y un carnet de experimentos para ir completando.

Así, además de extraer el ADN de las fresas y de provocar una reacción con un chupa-chup, tocaron arenas movedizas. ¿Cómo? Se trata de hacer un sólido de una masa de apariencia líquida cuando se le ejerce una determinada presión. 

También practicaron el arte abstracto con leche y descubrieron cómo se rompe la tensión superficial del agua, que es una propiedad de los líquidos que hace que la capa superficial se comporte como una piel.

Otra de las propuestas fue freír un huevo sin fuego. Se echa en el plato, se le añade etanol por encima y se observa qué ocurre: se produce una reacción de desnaturalización.

El taller contó con la participación de científicos del ICIQ y de voluntarios, exalumnos del Casal d’Estiu y de Bojos per la Química. Estos experimentos y muchos más se pueden encontrar en la dirección labvirtual.iciq.es y llevarlos a la práctica en casa, en familia.