Sara Baras (Cádiz, 1971) presenta en el Teatre Tivoli (hasta el próximo 1 de mayo) de Barcelona su espectáculo titulado ‘Voces’, con el que que rinde tributo a las figuras mas emblemáticas del arte flamenco: Paco de Lucía, Antonio Gades, Camarón de la Isla, Enrique Morente, Carmen Amaya y Moraíto, que tanta influencia han tenido sobre ella.
- Sara Baras es gaditana de cuna. Imposible que no sienta el flamenco.
- Es la influencia de la tierra. El arte se respira en la calle. Nuestra tierra es inspiradora, pero te digo una cosa. He viajado por medio mundo y me he dado cuenta de que el flamenco no tiene fronteras. Gente del otro lado de la tierra puede sentir el arte igual que yo y bailar de forma increíble.
- Entonces, ¿ha cambiado ese recelo hacia el arte que provoca la ignorancia?
- Creo que sí. El flamenco va directo al corazón. Nuestros maestros nos abrieron las puertas del mundo. Cualquier persona puede sentir el flamenco sin la necesidad de conocerlo a fondo, es una cuestión de sentimiento, de corazón.
- ‘Voces’, el espectacúlo que ahora mismo representa en el Teatre Tivolí de Barcelona, ¿nace de la necesidad de reivindicar el arte?
- Nace de la necesidad de agradecer a nuestros maestros todo lo que nos han dado. Con el tiempo te das cuenta de que ‘Voces’ es un regalo. Mostramos nuestra voz con ellos arropándonos.
-En la voz de Camarón y en la guitarra de Paco de Lucía, ¿se encuentra la esencia?
- Hay un antes y un después. Escuchas sus primeros discos y no tienen tiempo. Parecen nuevos. También Antonio Gades fue importantísimo. Introdujo el flamenco en el teatro de una forma cuidadosa y responsable. O Enrique Morente, que tenía una facilidad increíble para fusionar el arte con otras músicas. Era el poeta de la libertad.
-Morente me cautivó con el disco ‘La leyenda del espacio’, en el que colaboró con Los Planetas.
- Esas fusiones con otros grupos que apuestan por otros registros provocan que te intereses por su obra. Enrique convertía en genial lo que parecía algo atrevido.
-Usted trabajó con Paco de Lucía. Cuente.
- Paco es el gran maestro para mí. Tuve la suerte de conocerle de muy chica y puedo asegurar que era grande como artista pero también como persona. Trabajamos juntos en el spot de los 100 años de Cruzcampo. Con él sentías seguridad. Transmitía una humildad increíble a pesar de ser un genio. Te dabas cuenta de que se ponía nervioso como cualquiera de nosotros, pero cuando tocaba la guitarra, volabas.
-Sara Baras es bailarina, directora y coreógrafa. Una artista valiente.
- Siento la necesidad de progresar siempre. En todo lo que hago hay una parte de riesgo que necesito. Me gusta la valentía. Mi compañía va a cumplir 20 años y creo que en cada nuevo trabajo hay que aportar algo más. Tengo la suerte de contar con un equipo de trabajo fantástico, que me facilita mucho las cosas.
-Ha conquistado medio mundo a través del flamenco. ¿Es su gran logro?
- Es muy bonito que te digan eso, te reconforta, pero siempre pienso que mi gran logro pasa por poder ayudar a la gente que más lo necesita, sobre todo a niños y niñas con problemas. Por eso formo parte de la Fundación Mi Princesa Rett, que está realizando un gran trabajo. Soy madre y en mi vida hay un antes y un después desde el nacimiento de mi hijo.