Carod-Rovira fue el primero en denunciar, en 1998, las 'mordidas' en la obra pública

En un cara a cara con el entonces president Jordi Pujol, criticó la ´tradición de aquellas comisiones del 5% en obra pública´

19 mayo 2017 21:26 | Actualizado a 22 mayo 2017 12:14
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«Ustedes tienen un problema. Y ese problema se llama 3%». La frase que el entonces President de la Generalitat Pasqual Maragall dirigió al líder de la oposición, Artur Mas, ha pasado a la historia porque puso sobre la mesa lo que era un secreto a voces y que ahora ha acabado en investigación judicial:las supuestas ‘mordidas’ que Convergència recibía a cambio de que la Generalitat adjudicase obra pública a quien pasaba por caja.

La frase –pronunciada el 24 de febrero de 2005 en el Parlament– supuso un punto de inflexión en la omertà, en el oasis en el que hasta ese momento había transcurrido la política catalana. Todo el mundo lo sabía –como se conocían los negocios del clan Pujol y su entorno– pero nadie se atrevía a decirlo tan claro como hizo Maragall.

Maragall no fue, sin embargo, el primero en denunciar el supuesto cobro de comisiones. El 30 de septiembre de 1998 ya lo había hecho el tarraconense Josep Lluís Carod-Rovira, líder de ERC en el Parlament.

Transcurría el debate de Política General y en su turno de contrarréplica al entonces President de la Generalitat, Jordi Pujol, Carod sostuvo: «Tenemos que superar el estado de las autonomías. Efectivamente, pero quien representa este estado de las autonomías, quien mejor lo representa en Catalunya es usted, señor presidente (...) Hablamos de superar políticas, de superar modelos de cultura política de estos años. La transición ha sido esto: la transición del amiguismo, la tradición de la mediocridad en algunos aspectos de gobierno, la tradición de aquellas comisiones del 5% en obra pública de algunas administraciones –y quizá ya es hora de denunciarlo públicamente–, la transición de la financiación irregular de partidos políticos».

El líder de ERC fijaba así las comisiones no en el 3% sino en el 5%. Pujol esquivó responderle. No hizo lo mismo Mas con Maragall. Enfurecido, le amenazó con romper el consenso que se estaba trabando para reformar el Estatut. Maragall rectificó ‘por el bien de Catalunya’. Aquel día Mas se las dio de inocente. Igual que ayer.

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