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La Agencia Tributaria asestó un gran golpe a las ventas en negro en la industria cárnica al desarrollar una operación que afecta a toda la cadena de producción y comercio mayorista del sector y que tiene como objetivo la lucha contra el fraude. En la actuación, desarrollada durante toda la semana, participaron 330 funcionarios del organismo, con el apoyo de 45 efectivos policiales, que llevaron a cabo entradas y registros en 73 sociedades en 15 comunidades autónomas –todas salvo País Vasco y Navarra– cuya facturación asciende a 650 millones de euros.
La denominada operación ‘Presunto’ (jamón, en portugués) es fruto de una investigación iniciada hace un año por la Agencia Tributaria al detectar la existencia de ventas no declaradas, especialmente en el subsector del comercio cárnico al por mayor, donde se concentró el grueso de las entradas y registros. En concreto, de las 73 actuaciones, 44 son cadenas mayoristas y el resto son empresas –algunas de Mercamadrid y Mercabarna– mataderos y compañías de crianza y compraventa e ganadería.
Durante los registros los agentes se incautaron de numerosa documentación e información contable, incluidos los sistemas informáticos, donde han hallado ‘software’ de doble uso para manipular la facturación y llevar una doble contabilidad. De hecho, en algunas de las entradas requisaron hojas de cálculo con operaciones en B, lo que pone de manifiesto las ventas en negro. El entramado también realizaba pagos en B a su propio personal.
Bienes en el extranjero
Asimismo, fuentes de la Agencia Tributaria destacaron que algunos empresarios del negocio de la carne investigados en esta operación tenían importantes posesiones de bienes en el extranjero y «altos niveles de vida no justificados con los ingresos regulares de los socios». En este sentido, ha resultado clave el análisis de la información recabada en el denominado modelo 720 que obliga a declarar a los contribuyentes el patrimonio en el extranjero superior a 50.000 euros.
La Agencia explicó que los precios de venta al público en el sector cárnico habitualmente llegan a «cuadruplicar o quintuplicar los generados en origen», lo que implica beneficios muy relevantes para el negocio del sacrificio, despiece y procesamiento de la carne. Sin embargo, la Inspección de Hacienda detectó que en el caso de algunas sociedades del sector esas diferencias de precios no tienen el debido reflejo en los beneficios reconocidos en la declaración del Impuesto sobre Sociedades. En este sentido, el organismo explicó que basó sus investigaciones en una evaluación de los márgenes brutos sobre ventas, márgenes netos, movimientos en efectivo (principalmente imposiciones efectuadas en las cuentas bancarias titularidad de las sociedades) y otros indicios de capacidad económica observados en los administradores, autorizados en cuenta o socios.
Sin embargo, las empresas sobre las que se centró la operación, a pesar de sumar una facturación anual de 650 millones, sus beneficios declarados eran sólo el 1% de media, muy por debajo del promedio del sector, lo que levantó las sospechas. Al mismo tiempo, la Agencia Tributaria detectó que estas empresas manejaban un volumen de efectivo que rondaba el 11% de su facturación total, aunque en varios casos el dinero en metálico superaba el 50% y en dos casos concretos el efectivo suponía casi la totalidad del negocio, entre el 85% y el 94%. Los inspectores creen que con estos pagos en metálico se pretendía ocultar estas operaciones y así el pago de impuestos, especialmente el IVA.
