La fatiga crónica puede arruinar los esfuerzos

La OMS alerta del cansancio de la población por la prolongación de las restricciones ante una Navidad que puede precipitar la tercera ola

16 diciembre 2020 06:30 | Actualizado a 16 diciembre 2020 06:37
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Apatía, cansancio, desmotivación, rebelión contra los mensajes de las autoridades sanitarias... La Organización Mundial de la Salud (OMS) ya le ha puesto nombre al sentimiento que comparte el 60% de los europeos, según un informe de la entidad internacional. Fatiga pandémica, han denominado los expertos a la reacción «natural y esperada» contra los inconvenientes que ha generado la pandemia nueve meses después de que comenzaran las restricciones y a la sensación de que la luz al final del túnel sigue estando demasiado lejos. Una desesperanza que se traduce en la «desmotivación para seguir las recomendaciones de protección y prevención que aumenta con el tiempo», algo que, como avisan los especialistas, puede arruinar los esfuerzos hechos hasta ahora por el conjunto de la sociedad y favorecer, más que a nunca y a las puertas de la Navidad, la llegada de la tercera ola del virus.

«Al principio de la pandemia, en marzo, la sociedad sufrió un fuerte impacto de angustia y las autoridades establecieron unas restricciones que transmitían peligro y riesgo. Por eso, todos, tanto los profesionales como los ciudadanos en general, fuimos conscientes de que debíamos darlo todo e interiorizamos que había que hacer lo que hiciera falta por salvar vidas, incluso un confinamiento completo», explica María Fe Bravo, jefa del Servicio de Psiquiatría y Salud Mental del Hospital Universitario La Paz. «Nos volcamos en cumplir las medidas, eso nos agotó, pero lo entendimos. Hubo una toma de conciencia general. Pero ahora la situación es distinta».

Un ‘ahora’ que tiene fecha de inicio. «En verano empezó a parecer que la situación ya no era tan grave y como las medidas no se pueden decretar ilimitadamente, una parte de la sociedad entendió, con la desescalada, que ya no había peligro», continúa Bravo. Lo que al principio fue «autocontención», recuerda la doctora, se convirtió después, cuando volvieron las restricciones, en «agotamiento».

La OMS sugiere a los gobiernos cuatro actuaciones: «Entender a la gente», «conseguir que los ciudadanos se sientan como parte de la solución», «permitir a la población vivir sus vidas, pero reduciendo los riesgos» y «manejar la experiencia de la adversidad que han vivido las personas». A todo ello pide la OMS que se le añadan dosis de transparencia en la información, de ecuanimidad y justicia, de coordinación y de predictibilidad, esto es, que las restricciones, si deben tomarse, no sean inesperadas y arbitrarias.

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