La vacuna del coronavirus tardará 18 meses, según la OMS

La infección, covid-19, se ha cobrado más de mil vidas en China y debe ser considerado «el enemigo público número uno para toda la humanidad», dice el organismo internacional

12 febrero 2020 08:03 | Actualizado a 12 febrero 2020 08:04
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El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, advirtió ayer de que el desarrollo de una vacuna contra la enfermedad provocada por el coronavirus de Wuhan, denominada a partir de ahora covid-19, se demorará al menos un año y medio. «La primera vacuna puede estar lista en dieciocho meses, así que por ahora debemos prepararnos para usar las armas que tenemos al alcance en la lucha contra este virus», dijo.

Tedros explicó que el covid-19, diagnosticado en 42.708 personas en China (de las que 1.018 han fallecido) y en 393 pacientes en otros 24 países, debe ser considerado «el enemigo público número uno para toda la humanidad», con consecuencias políticas, sociales y económicas «peores que las de cualquier acto terrorista».

El doctor etíope anunció que el director ejecutivo de la OMS para Emergencias Sanitarias, Michael Ryan, encabezará un gabinete de crisis para coordinar la respuesta a la epidemia entre este organismo y el resto de las agencias de Naciones Unidas.

La sede de la OMS en Ginebra acoge hasta hoy un encuentro de 400 expertos en virología, epidemiología y otras ramas científicas para estudiar vías de investigación, tratamientos y vacunas.

La denominación de la enfermedad covid-19 (acrónimo de corona virus disease) ha sido consensuada por responsables de la OMS, la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE). 
Aislados

China ha recortado sus conexiones aéreas con el mundo en nada menos que 1,4 millones de plazas desde el 20 de enero, mientras que las restricciones al movimiento de las personas provocan que muchas empresas no puedan reanudar su actividad aunque lo deseen, y el miedo a salir de casa ha hecho que el consumo se desplome. El presidente Xi Jinping está preocupado por las consecuencias económicas. Por eso, según reveló la agencia Reuters citando fuentes anónimas, pidió la semana pasada a la cúpula del poder político chino que relaje las draconianas medidas impuestas para prevenir la propagación del coronavirus y permitir así el arranque de la actividad. De forma adicional, muchas ciudades, incluidas las grandes metrópolis Pekín y Shanghái, han anunciado ayudas a las empresas afectadas, sobre todo con exenciones de impuestos, e incluso se está contemplando que algunos negocios estén exentos de pagar el alquiler durante estos meses. A pesar de las directrices de Xi, sin embargo, las medidas de control continuaron. En Wuhan, y en otras ciudades de la provincia de Hubei, epicentro de la infección, las autoridades prohibieron incluso la salida a la calle de una persona por familia –como hasta ahora para permitir que la gente en cuarentena se abasteciese–, y ordenaron que sean los supermercados los que lleven puerta a puerta lo que necesitan los vecinos.

Ayer fue el quinto día en el que los casos de nuevos infectados se redujeron. Esa caída es especialmente acusada fuera de Hubei, que concentra la gran mayoría de contagios y de víctimas mortales.

El profesor Gabriel Leung, responsable de Sanidad Pública en la Universidad de Hong Kong, considera que si no se ponen en marcha medidas adecuadas, el coronavirus podría llegar a infectar a entre el 60% y el 80% de la población mundial, y sugiere que si las actuaciones emprendidas por China resultan eficaces podrían ser replicadas en otros países.

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