Una pasarela unirá el Balcó con la platja del Miracle

El Port de Tarragona prevé licitar en verano por un millón de euros las obras del viaducto que permitirá salvar la barrera que representan las vías del tren entre la ciudad y el mar

19 mayo 2017 23:24 | Actualizado a 22 mayo 2017 21:28
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Tras años de espera, proyectos fallidos y la reciente presión del Ayuntamiento de Tarragona para lograr tanto la mejora de la estación de la ciudad como la instalación de dos pasarelas que permitan a los tarraconenses superar la barrera que suponen las vías del tren para acceder al mar desde la Rambla Nova a cambio de su apoyo al tercer carril por la línea de costa, la solución para conectar el Balcó del Mediterrani con la playa del Miracle parece más cercana.

El consejo de administración de la Autoritat Portuària de Tarragona (APT) ha dado ya luz verde a las obras de la pasarela que conectará el final de la Baixada del Toro con el paseo marítimo, la estación de tren, el Port Esportiu y el dominio público portuario.

El Port ha reservado ya partida presupuestaria para este año y 2016 con el visto bueno de Puertos del Estado, o lo que es lo mismo Fomento. Aproximadamente un millón de euros para una pasarela que comenzará donde están las escaleras de la Baixada del Toro y que, por un lado, permitirá llegar a escasos metros de la estación del tren y, por otro, salvará las vías y mediante dos ascensores, posibilitará acceder a la playa del Miracle o seguir unos metros y descender cerca del Port Esportiu.

 

Lista a finales de 2016

El proyecto, diseñado por la Autoritat Portuària, lleva meses trabajándose en estrecha colaboración con el Ayuntamiento de Tarragona. La intención es acabar de cerrar algunos flecos relacionados con la accesibilidad durante el mes de marzo, tener listo el proyecto técnico en cuatro meses para abrir la licitación en verano y adjudicar las obras para Santa Tecla o principios de octubre y que la pasarela esté lista a finales de 2016.

La estructura es una reivindicación histórica de la ciudad y formará parte del protocolo a cuatro bandas entre el Ayuntamiento de Tarragona, el Port, Adif y el Ministerio de Fomento que desde hace más de un año y medio reclama el equipo de gobierno de la ciudad para dar su apoyo a la instalación de un tercer carril en la línea de costa.

 

Contrapartidas al tercer carril

El alcalde de Tarragona, Josep Fèlix Ballesteros, no se opone al proyecto del tercer carril, que considera la mejor opción a corto plazo para tener el ancho internacional pero sí exige que la ciudad tenga compensaciones durante el tiempo que los trenes sigan pasando por el litoral y, por tanto, siga hipotecado el futuro de la fachada marítima. En total son cuatro las peticiones. En primer lugar, que se reconozca la provisionalidad del proyecto. En segundo, la promesa de que las mercancías no estacionarán ni dormirán en la estación de Tarragona y la reducción del impacto acústico del paso de la vía por el frente marítimo. En tercero, la reforma de la estación de tres de Tarragona, sobre todo para acabar con los problemas de accesibilidad. Unas obras también reivindicadas desde hace años y que parecen más cerca tras la reunión del pasado 18 de febrero entre el alcalde de Tarragona, Josep Fèlix Ballesteros y el secretario de Estado de Infraestructuras, Manuel Niño. Fomento prometió escaleras mecánicas y ascensores para la estación en 2016 y la ampliación de dos andenes (los más cercanos al edificio de la estación).

La tercera petición es la instalación de dos pasarelas, una cerca del Amfiteatre y la otra, la contemplada ahora por el Port para acceder a la playa del Miracle, al Port Esportiu y al entorno de la estación ferroviaria.

 

No esperar al protocolo

Dentro de su estrategia de acercar el Port a la ciudad y consciente de que se trata de un problema histórico de comunicación, la Autoritat Portuària ha decidido avanzar con el proyecto y no esperar al protocolo pendiente entre las cuatro administraciones. Uno de los pilares del actual mandato del Port es mejorar los espacios del entorno portuario.

 

Mejorar la relación Port-ciudad

Tras la mejora de la señalización de los cuatros tinglados y los dos refugios del Moll de Costa, este año comenzarán otros cuatro proyectos para mejorar la relación del Port con Tarragona. El primero ya ha comenzado. Se trata de la restricción del tráfico en el passeig de l’Escullera hasta el Far de la Banya. La intención es que el paseo sea de uso exclusivo para peatones, runners, patinadores y ciclistas. Las obras comenzaron el pasado mes de enero y se desarrollarán en dos fases. La primera comprende desde el extremo donde se halla el Far de la Banya hasta la primera rotonda que hay después del actual edificio de la Autoritat Portuària. La segunda fase está relacionada con otro proyecto también previsto para este 2015: la rehabilitación del singular edificio poliédrico que durante décadas ha albergado al sede del Port. El objetivo es reformarlo preservando su identidad para acoger oficinas, sacar a concurso su explotación y alquilarlo a terceros. En este caso, el calendario aún no se ha dado a conocer pero la idea es que una vez acabadas las obras del edificio, ampliar el carril bici y la peatonalización desde el Far de la Banya hasta la rotonda que hay frente al inmueble.

El tercer proyecto es la rehabilitación del antiguo edificio de la Confraria de Pescadors en el Serrallo, en cuyos bajos se encuentra el restaurante La Puda. La Autoritat Portuària adquirió el inmueble a la Confraria de Pescadors hace un par de años para recuperar para usos sociales el antiguo teatro de la primera planta y para oficinas delPort, la segunda. Por eso, desde mediados de enero el restaurante La Puda, uno de los locales más emblemáticos del barrio marinero de Tarragona, está cerrado para dar paso a las obras que se prevé duren un año.

 

No hipotecar la fachada marítima

El cuarto proyecto para mejorar la accesibilidad del Port será la pasarela para unir la ciudad con el dominio público portuario. Una instalación que según Josep Andreu, presidente de la Autoritat Portuària de Tarragona, no debería hipotecar en ningún caso el futuro de la fachada marítima y sí resolver una asignatura pendiente como es la de salvar la barrera que las vías del tren representan entre la ciudad y el mar. Por eso, los técnicos de la APT han diseñado una pasarela de diseño sencillo, que en diversos tramos discurre de forma paralela al muro y los árboles del vial J. Bryant y relativamente fácil de desmontar por si en el futuro llega el tan ansiado soterramiento de las vías del tren.

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