Delirios ferroviarios

Dice el conseller Santi Vila que quiere crear un sistema de trenes regionales que conecten las cuatro capitales catalanas, así como Figueres, con las principales ciudades del sur de Francia (Toulouse y Montpellier, básicamente). Entiendo que cuando habla de las capitales catalanas está incluyendo también a Tarragona –aunque no está del todo claro porque este sujeto es el que utilizó en su día el término «bicapitalidad» al referirse a nuestra demarcación–.

«El proyecto ayudaría a impulsar las relaciones económicas y culturales entre los dos territorios», justificó Vila. Sin más. Todo un conseller de la Generalitat proponiendo, en serio, que un tren regional conecte Tarragona con Montpellier y Toulouse (más de 400 km. de distancia en ambos casos). No un tren especial. No un convoy semanal. No uno de largo recorrido. No. Un regional, que como su nombre indica están pensados para viajar al extranjero.

Tal vez para Girona o Figueres (ciudad de la que Vila fue alcalde, por cierto) la idea resulte menos extravagante. ¿Pero Tarragona? ¿Lo ha dicho en serio el conseller? ¿No se le escapó la risa? ¿Ala ciudad que tiene esa chabola por estación cree usted que le interesa un regional para ir a Montpellier? ¿A los miles de tarraconenses que cada día llegan tarde a trabajar a Barcelona porque el servicio es tercermundista, se lo compensamos con un tren a Toulouse?¿A la capital de provincia que no tiene ni tendrá AVE, y que vive ahogada por una vía férrea que la separa –y separará– de su frente marítimo, la consolamos mejorando sus relaciones culturales con el sur de Francia? ¿Me toma el pelo?