El arte de existir. No dejemos de aprender y todo irá adquiriendo sentido

Disfrutar de las pequeñas cosas. La felicidad se logra con el discreto placer de cada día; y no con el subidón mayúsculo del triunfador. Si aprendes a disfrutar la vida con minúscula, podrás celebrarla con titulares

27 diciembre 2019 09:50 | Actualizado a 27 diciembre 2019 10:14
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Cada año que acaba suelo dar la paliza a familiares y amigos leyéndoles las mejores frases de mis entrevistas del año pasado. Me gusta redondear así los buenos propósitos para el que comienza. Entonces la familia suele decirme que me calle; que están viendo algo de Netflix; y los amigos suelen estar más pendientes del móvil que de mi charla.

Así que ahora sólo les tengo a ustedes… Y si han llegado hasta aquí, les premiaré con una buena noticia. Este año empieza bien, amigos: con dos patitos, los dos doses del 2020 que, en numerología árabe, significan que sabremos nadar y salir a flote.

Pero no se preocupen: no les voy a hablar de la coalición de gobierno en ciernes; aunque parece hecha, porque mis amigos de Esquerra Republicana me lo apuntan por lo bajini. Y les cito a Sun Tzu: «Cada guerra –en este caso la catalana– ya está ganada o perdida antes de la primera batalla». Es decir, que antes de retar a un estado para crear el tuyo cuenta cuántos votos tienes y cuántos países te apoyarían.

Mientras seamos curiosos, amigos, seremos jóvenes. Creer saber envejece; querer saber rejuvenece

Entonces, el más soñador de los «indepes» me contradice: «la independencia será imposible hasta que sea irremediable». Pero lo de verdad irremediable en este 2020 es nuestra feliz interdependencia, que es lo que evidencia la nueva coalición de gobierno.

Mientras tanto, busco enfoques para Homo Rebellis, la trilogía de divulgación científica que publicaré para Random House en Sant Jordi. Y al escribirla, he vuelto a escuchar al astrofísico Carlo Rovelli: «Yo prefería morir a envejecer. No soportaba la idea de ver a mi cuerpo degradarse; y al cumplir cuarenta años, con el primer dolor de una enfermedad crónica, decidí suicidarme…Pero, en ese momento, también empecé a hacerme preguntas sobre la vida y la muerte y cómo suicidarse mejor. Y me pudo más la curiosidad que el dolor. Y hoy sigo vivo, porque sigo teniendo curiosidad».

Mientras seamos curiosos, amigos, seremos jóvenes. Creer saber envejece; querer saber rejuvenece.

Poco más requiere el arte de existir, porque nuestra bioquímica –¡gracias, cerebrito!– nos hace más aptos para el bienestar que para el éxito, ese gran impostor.

Los años enseñan a nuestra mente a gratificar con pequeñas descargas placenteras nuestras íntimas satisfacciones cotidianas.

Y para eso, Tarragona es un pequeño gran paraíso bendecido por el sol que los romanos supieron transformar en capital imperial. Un paseo por la ciudad; un vermú en cualquier terracita o saludar a un viejo amigo, con la madurez sabe mejor que todos los logros anhelados en la adolescencia. Envejecer juntos, amigos, es un placer mucho más cierto que el de ser siempre joven; porque para ser feliz no hace falta un cuerpo perfecto, ¡Cuántas anatomías privilegiadas son también desgraciadas!, sino aprender a disfrutar del que tienes.

Envejecer juntos, amigos, es un placer mucho más cierto que el de ser siempre joven

Y no es difícil, porque, para nuestra neurología, ¡gracias cerebrito nuestro!, la felicidad se logra con el discreto placer de cada día; y no con el subidón mayúsculo del triunfador. Si aprendes a disfrutar la vida con minúscula, podrás celebrarla con titulares.

No dejemos de aprender y todo irá adquiriendo sentido. Para motivarse, siga el método que me recomendó el nobel Wilczek: contemple la foto de la Tierra desde Marte hasta que vuelve a comprobar que sólo es un puntito, una lucecita más en el firmamento; y en ella Europa; y en ella la península ibérica; y en un rinconcito, Catalunya; y, en medio, Tarragona; y piense que en ese puntito lejano están todos sus problemitas. Después, cuando vuelva a respirar, contemple la Tierra desde la Luna... Y goce de nuevo la belleza del universo: simetría, armonía, equilibrio, proporción... Y ya no verá fronteras ni estados… Ni políticos.

* Periodista. Lluís Amiguet es autor y cocreador de ‘La Contra’ de ‘La Vanguardia’ desde que se creó en enero de 1998. Comenzó a ejercer como periodista en el Diari y en Ser Tarragona. 

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