El espíritu navideño, más necesario que nunca

Ojalá que los buenos deseos y la solidaridad que marcan estos días se mantengan todo el año. Nos va mucho en ello

 

26 diciembre 2018 07:42 | Actualizado a 26 diciembre 2018 07:48
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La Navidad ha sido tradicionalmente, como antes eran también los Juegos Olímpicos, una fecha para celebrar, unos días de tregua en los que un espíritu especial impregna de empatía las relaciones humanas, lo llena todo de buenos deseos y dispara el sentimiento de solidaridad. Son días de reuniones familiares, de cenas con amigos, de reencuentros, de abrazos y de regalos. Es verdad que en los últimos años son unas fiestas marcadas también por un consumismo desaforado –de hecho, son muchos los negocios y comercios que hacen su particular agosto en diciembre–, pero esto no puede ocultar que también la solidaridad se multiplica en estas fechas. De hecho, los escaparates de las tiendas se llenan de carteles que hacen referencia a eventos solidarios y las vitrinas exponen productos con una pátina benéfica, aunque en ocasiones –todo hay que decirlo– se trate de una operación de márketing. Pero, en todo caso, parece fuera de toda duda que la solidaridad, como el anuncio, también vuelve a casa por Navidad. 
Y eso que no corren buenos tiempos para el optimismo ni para el buenismo. Vivimos inmersos en un estado de continua bronca política, de desunión, de gritos que apenas dejan espacio para la razón. Tiempos en los que los inmigrantes siguen muriendo en el mar mientras les cerramos las puertas y los puertos donde desembarcar; donde las mujeres son asesinadas simplemente por ser mujeres a manos de monstruos que viven entre nosotros y que aún no saben que no significa no... No, no parecen tiempos para la esperanza.
Sin embargo, o quizá por ello, el espíritu navideño es más necesario que nunca. Urge recuperar los valores que nos hacen diferentes estos días, ver en el otro, en el que piensa diferente, a una persona, en lugar de a un enemigo; anteponer la tolerancia a la crispación; promover principios como la amistad, la confianza y la generosidad... Y se antoja necesario mantenerlos durante todo el año, por aquello de que una flor no hace un jardín. Nos va la convivencia en ello. Feliz y solidaria Navidad.

 

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