El gran reto de la vuelta al cole

Me contaba la directora de la escuela de mi hijo cuando me llamó para preguntarme cómo habíamos pasado el confinamiento y para sondearme sobre cómo nos lo íbamos a combinar si el centro no abría en junio, que la mayor parte de padres con los que había hablado le comentaban que los meses de verano seguirían haciendo malabares como fuera pero que esperaban que en septiembre sí que abrieran los colegios.

En un mes, la vuelta al cole será la gran prueba de fuego de la pandemia tras la desescalada. El reto es mayúsculo.

Aunque a menudo los niños son más disciplinados en las aulas que en sus casas, reprimir los impulsos de los más pequeños de abrazar y jugar con sus compañeros de clase o de compartir material no será fácil.

Pero el riesgo de contagio mayor no está únicamente en los niños. También en los padres y sobre todo en los abuelos que acompañan a sus nietos a la entrada o la salida de las aulas.

Ellos han sido el colectivo más castigado por la pandemia y hay que vigilar que no vuelvan a serlo. Por no hablar de los profesores y profesionales de las escuelas.

Ayer Josep Bargalló dio a conocer el protocolo de gestión de los casos de Covid-19 en el ámbito escolar, que contempla el cierre de escuelas a partir de dos contagios en grupos separados y diferentes espacios.

Da miedo pensar en ello pero más en los rebrotes y nuevas víctimas.